El colibrí aventurero


Había una vez en la selva, un pequeño colibrí llamado Tómate. Era muy curioso y aventurero, siempre buscando nuevas experiencias. Un día, mientras volaba de flor en flor, se topó con un aguacate gigante.

- ¡Vaya! Este aguacate es enorme -exclamó Tómate emocionado-. Creo que podría ser mi nuevo hogar. Sin pensarlo dos veces, el valiente colibrí decidió hacer del aguacate su casa. Se instaló cómodamente en su interior y empezó a explorar cada rincón.

Sin embargo, pronto descubrió que no estaba solo. - ¡Hola! ¿Quién eres tú? -preguntó Tómate sorprendido al encontrarse con un jaguar en el interior del aguacate. - Soy Jaguar -respondió el felino amigablemente-.

Me he refugiado aquí porque estaba lloviendo mucho afuera. Tómate y Jaguar comenzaron a conversar y pronto se hicieron muy buenos amigos. Compartían historias de sus aventuras y sueños por descubrir nuevos lugares.

A medida que pasaban los días, se dieron cuenta de que querían ayudar a otros animales necesitados. Un día, mientras exploraban juntos la selva, encontraron una sábana abandonada cerca de un arroyo. La sábana era mágica y tenía poderes especiales para conceder deseos.

- ¡Increíble! Podríamos usar esta sábana para ayudar a los demás -dijo emocionado Tómate. Jaguar asintió con entusiasmo y decidieron llevar la sábana hasta el corazón de la selva, donde sabían que había animales que necesitaban ayuda.

Al llegar al lugar, Tómate y Jaguar extendieron la sábana en el suelo y comenzaron a gritar:- ¡Animales de la selva! ¡Venid aquí! Tenemos algo especial para vosotros. Poco a poco, los animales se acercaron con curiosidad.

Tómate y Jaguar les explicaron sobre la sábana mágica y cómo podía concederles un deseo. El primero en hacer su pedido fue un perezoso llamado Flojo. - Quisiera poder moverme más rápido -dijo el perezoso con una sonrisa.

Tómate levantó la sábana mágica sobre él y en un instante, Flojo se convirtió en el animal más veloz de toda la selva. Los demás animales quedaron impresionados y emocionados por lo que acababan de presenciar.

A medida que cada uno hacía sus deseos, Tómate y Jaguar sentían una gran satisfacción al ver las sonrisas en los rostros de los animales. Sabían que estaban haciendo algo maravilloso por su comunidad. Sin embargo, llegó el momento en que solo quedaba un último deseo por cumplir.

La jirafa llamada Larga se acercó tímidamente a Tómate y Jaguar. - Me gustaría ser capaz de volar como tú, Tómate -dijo Larga con anhelo-. Si pudiera ver mi mundo desde las alturas... Tómate miró a Larga con ternura y colocó la sábana mágica sobre ella.

En ese instante, las patas delanteras de Larga se convirtieron en alas y pudo volar por los cielos de la selva. Todos los animales aplaudieron emocionados al ver a Larga surcar el aire.

Estaban llenos de gratitud hacia Tómate y Jaguar por su generosidad y bondad. Desde aquel día, Tómate, Jaguar, Flojo y Larga se convirtieron en un equipo inseparable.

Ayudaron a muchos otros animales necesitados con la sábana mágica e inspiraron a todos con su valentía y amistad. Y así, gracias al aguacate gigante, la sábana mágica y el espíritu aventurero de Tómate, esta historia nos enseña que cuando trabajamos juntos para ayudar a los demás, podemos hacer del mundo un lugar mejor para todos.

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