El Colibrí y el Árbol de la Paciencia
En un frondoso bosque en la Amazonía peruana, vivía un pequeño colibrí llamado Inti. A Inti le encantaba volar rápido, ir de flor en flor buscando néctar y disfrutar del viento en sus alas. Pero había algo que le molestaba mucho: un gran árbol que se erguía en el centro del bosque.
El árbol, con su corteza gruesa y sus hojas verdes, era el hogar de muchos animales. Sin embargo, Inti siempre había visto que el árbol crecía lentamente, mientras él volaba velozmente de un lado a otro, disfrutando de la vida.
Un día, mientras Inti revoloteaba cerca del árbol, escuchó una voz suave y profunda que decía: "Hola, pequeño colibrí. ¿Por qué vuelas tan rápido y no te detienes a disfrutar lo que te rodea?"
Inti, sorprendido, se detuvo en seco y miró alrededor. "¿Eres tú el árbol que habla? ¿Por qué tardas tanto en crecer?"
El árbol sonrió con un ligero movimiento de sus ramas. "Puedes verme, pero no comprendes mi esencia. Cada cosa tiene su propio ritmo y su propio propósito. La paciencia es fundamental para que yo pueda prosperar y dar frutos en el futuro. Tardo en crecer, pero eso es porque estoy echando raíces fuertes y profundas."
Inti no estaba convencido. "Pero yo quiero volar y experimentar el mundo ahora. No quiero esperar tanto tiempo para ver resultados."
"Entiendo, pequeño amigo. Pero hay belleza en la espera. Si aprendes a apreciar el camino, te darás cuenta de que cada instante cuenta. ¿Te gustaría intentarlo?"
Intrigado por las palabras del árbol, Inti decidió hacerlo. Comenzó a volar más despacio, explorando cada rincón del bosque. Observó cómo las flores se abrían al sol, cómo los ríos serpenteaban por el paisaje y cómo los demás animales se comunicaban entre sí.
Unos días después, mientras volaba cerca del árbol, Inti notó algo inusual. "¿Qué está pasando?"
"Estoy dando mis frutos", respondió el árbol emocionado. "Las flores que ves en mis ramas son el resultado de la paciencia y del tiempo transcurrido. Espere a que los pájaros y otros animales vengan a disfrutar de ellos."
Inti, al ver esos hermosos frutos, sintió algo en su pecho. "Wow, son preciosos. Pero, ¿por qué no lo disfrutabas mientras esperabas?"
El árbol respondió con serenidad. "La belleza de la vida está en cada etapa. Muchos creen que deben apresurarse para disfrutar del buen resultado. Pero el proceso es igual de maravilloso. Ahora que lo has descubierto, seguirás volando, pero con un nuevo enfoque.¿Por qué no intentas -pensar como un aventurero- y explorar juntos?"
Y así fue como Inti, el colibrí veloz, comenzó a disfrutar de cada instante de su día. Se hizo amigo del árbol y juntos se convirtieron en un equipo. Inti le enseñó al árbol sobre la rapidez y él le mostró las maravillas de la paciencia. Mientras tanto, el bosque se llenó de color y alegría.
Con el tiempo, el árbol creció solitario, pero nunca olvidó lo que había aprendido de su amigo colibrí. Y así, el pequeño colibrí aprendió que, a veces, la espera puede ser tan emocionante y hermosa como volar.
FIN.