El colibrí y el regalo del fuego


Hace mucho, en la selva amazónica, vivía una pareja shuar que poseía el don del fuego. Este valioso regalo les permitía cocinar sus alimentos, calentarse en las noches frías y protegerse de los peligros de la selva.

Un día, un bello colibrí de brillantes colores se acercó a la pareja con una extraña petición: -'Por favor, compartir su fuego con todo el pueblo. Necesitamos su luz y calor para vivir en armonía con la naturaleza', dijo el colibrí.

A pesar de la sorpresa, la pareja shuar accedió a la solicitud del colibrí y comenzaron a repartir el fuego por todo el pueblo. Al principio, algunos habitantes dudaron de la idea, pero pronto descubrieron las maravillas que el fuego podía brindarles.

Aprendieron a cocinar sus alimentos, a protegerse de los animales salvajes y a reunirse alrededor de las hogueras para compartir historias y canciones.

La sabiduría de la pareja shuar y la generosidad del colibrí habían traído grandes bendiciones a su pueblo. Sin embargo, un día, una fuerte tormenta golpeó la selva y apagó todas las llamas. El pueblo se sumió en la oscuridad y el frío, sin saber cómo encender el fuego de nuevo.

Entonces, el colibrí voló hacia la pareja shuar y les dijo: -'El fuego no solo reside en las llamas, sino en el corazón y la voluntad de las personas. Encuentren esa chispa interior y podrán avivar las llamas una vez más'.

Inspirados por estas palabras, la pareja shuar reunió a su pueblo y juntos buscaron en su interior esa chispa de fuego. Con determinación y unión, lograron avivar el fuego de nuevo, reavivando la esperanza y la alegría en todo el pueblo.

Desde entonces, el pueblo shuar aprendió que el verdadero poder del fuego no radica solo en su calor y luz, sino en la generosidad, la solidaridad y la voluntad de compartirlo con todos.

Y el colibrí siguió visitando la selva, recordando a las nuevas generaciones la importancia de mantener viva la llama del amor y la cooperación.

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