El Collar de Esperanza



Había una vez una abuela y un abuelo que vivían en Argentina. Eran muy felices juntos, pero siempre había algo que les faltaba: su nieta Mora.

Mora era una niña llena de alegría y amor, y siempre estaba con sus abuelos. Un día, Mora recibió la emocionante noticia de que se iría a vivir a Chile por un año. Aunque estaba emocionada por esta nueva aventura, también sabía que extrañaría mucho a sus abuelos.

El día en que Mora se fue llegó rápidamente. La despedida fue muy emotiva; los abuelos no podían contener las lágrimas mientras veían partir a su amada nieta.

Pero antes de irse, Mora le dio a cada uno de ellos un regalo especial. A la abuela le dio un collar con un corazón brillante colgando de él. —"Abuela" , dijo Mora con ternura, "este collar simboliza el amor infinito que nos une.

Cada vez que lo mires, recuerda cuánto te quiero y cuánto te extraño". El abuelo recibió una fotografía enmarcada de los dos juntos riendo en el parque. —"Abuelito" , dijo Mora con cariño, "esta foto captura todos nuestros momentos felices juntos.

Cuando me extrañes demasiado, mírala y sé que siempre estaré contigo". Con los corazones llenos de amor y esperanza, los abuelos se despidieron de su pequeña nieta mientras ella subía al avión rumbo a Chile.

Los días pasaban lentamente para los abuelos sin la risa juguetona de Mora llenando su hogar. Extrañaban sus historias antes de dormir, los juegos en el jardín y las tardes de helado juntos.

Pero cada vez que se sentían tristes, miraban el collar y la foto, recordando el amor incondicional que compartían con su nieta. Un día, mientras los abuelos paseaban por un parque cercano a su casa, escucharon una voz familiar.

Se giraron rápidamente y se encontraron cara a cara con Mora, quien había regresado sorpresivamente antes de lo esperado. "¡Abuela! ¡Abuelito!", gritó emocionada Mora mientras corría hacia ellos con los brazos abiertos. Los abrazos fueron largos y cálidos; las lágrimas de felicidad corrieron por sus mejillas.

Mientras caminaban juntos hacia casa, Mora les contó sobre todas las aventuras que vivió en Chile: los nuevos amigos que hizo, los lugares hermosos que visitó y todo lo que aprendió durante su tiempo lejos de casa.

Los abuelos escucharon atentamente cada palabra, sintiéndose orgullosos del crecimiento personal de su nieta. Y aunque extrañaron mucho a Mora durante ese año, también comprendieron la importancia de permitirle explorar nuevas experiencias y aprender cosas nuevas.

Desde aquel día en adelante, la abuela siempre llevaba consigo el collar con el corazón brillante para recordarle a Mora cuánto la amaba. Y el abuelo colocó cuidadosamente la fotografía enmarcada en un lugar especial para poder verla todos los días.

La historia de estos abuelitos y su nieta nos enseña que el amor verdadero es capaz de superar cualquier distancia. Aunque Mora estuvo lejos, siempre supo que sus abuelos la amaban y la extrañaban.

Y eso, sin duda alguna, les dio la fuerza para esperar su regreso con los brazos abiertos y el corazón lleno de amor.

FIN.

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