El collar de la aventura


Había una vez una perrita llamada Perra Moño que vivía en un hermoso jardín junto a su dueña, la niña Sofía. Perra Moño era muy juguetona y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el jardín, Perra Moño se encontró con un árbol muy alto y frondoso. Se acercó curiosa y comenzó a olfatear alrededor de él.

De repente, vio algo brillante entre las ramas: ¡era un collar de diamantes! Perra Moño decidió trepar al árbol para alcanzar el collar, pero mientras subía, se tropezó con una rama y cayó en un montón de pasto mojado. Al levantarse, notó que había dejado marcas de patitas húmedas por todo el pasto.

Confundida pero decidida a encontrar el collar perdido, Perra Moño siguió avanzando por el jardín hasta llegar a un estanque lleno de agua cristalina. Mirándose en el reflejo del agua, vio que tenía manchas verdes por todo su pelaje.

"¡Ay no! Ahora también tengo manchas verdes", dijo Perra Moño preocupada. Sin embargo, en ese momento apareció una ranita llamada Rana Saltarina que había visto todo lo ocurrido. "No te preocupes", le dijo la ranita con voz amable.

"Yo puedo ayudarte a limpiar tus manchas verdes". Juntas fueron hacia unas hojas grandes que flotaban sobre el estanque y Rana Saltarina comenzó a frotar suavemente el pelaje de Perra Moño con ellas.

Poco a poco, las manchas verdes desaparecieron y el pelaje de Perra Moño volvió a brillar. Agradecida por la ayuda de Rana Saltarina, Perra Moño decidió ayudarla también. Juntas buscaron un camino para que la ranita pudiera llegar hasta el estanque sin dificultad.

Mientras caminaban, escucharon unos ruidos extraños provenientes del jardín vecino. Se acercaron sigilosamente y descubrieron que había una ardilla atrapada en una red. "¡Oh no! ¡La ardillita está en peligro!", exclamó Perra Moño preocupada.

Sin pensarlo dos veces, Perra Moño corrió hacia la red y comenzó a morderla hasta lograr liberar a la ardilla. La pequeña criatura se alejó rápidamente agradeciendo su ayuda.

Perra Moño se sentía muy feliz por haber ayudado a sus nuevos amigos, pero aún no había encontrado el collar de diamantes.

Decidió volver al árbol donde lo había visto por última vez y mirando hacia arriba notó algo asombroso: ¡el collar estaba enganchado en una rama! Con mucho cuidado, Perra Moño saltó y logró alcanzar el collar con sus patitas. Lo llevaba colgado alrededor del cuello cuando regresó junto a Sofía. "¡Mira, Sofía! ¡Encontré un tesoro!", dijo emocionada mientras le mostraba el collar de diamantes.

Sofía quedó sorprendida y feliz al ver lo valiente y perseverante que era su perrita. Le dio un abrazo y le agradeció por haberle traído tanta alegría. Desde aquel día, Perra Moño se convirtió en una heroína del jardín.

Siempre estaba dispuesta a ayudar a sus amigos y nunca dejaba que los obstáculos la detuvieran. Y así, Perra Moño enseñó a todos que con valentía, amistad y perseverancia, cualquier desafío puede superarse. Fin.

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