El collar mágico de Chorizo


Había una vez un perro salchicha llamado Chorizo que vivía en la hermosa ciudad de Maldonado. A Chorizo le encantaba pasear por la playa y disfrutar del solcito.

Un día, mientras caminaba por la orilla del mar, Chorizo encontró algo brillante en la arena. ¡Era un collar con una medalla! Chorizo se acercó y leyó el nombre grabado en ella: —"Lola" . Chorizo empezó a buscar por todos lados a Lola, pero no la encontraba por ninguna parte.

Entonces decidió preguntarle a los demás animales si conocían a Lola. -¡Hola tortuga! ¿Has visto a Lola? -preguntó Chorizo.

La tortuga movió lentamente su cabeza y respondió: -No he visto a Lola, pero escuché que vive en una casa cerca de aquí. Chorizo siguió buscando y se encontró con un grupo de gaviotas. Les preguntó si habían visto a Lola, pero ellas solo querían volar y buscar comida.

Desanimado, Chorizo decidió descansar bajo una sombrilla cerca de un puesto de helados. Allí conoció al Señor Heladero, quien le ofreció uno de sus ricos helados para animarlo. -Gracias Señor Heladero, pero estoy triste porque no encuentro a Lola -dijo Chorizo entre lamidas al helado.

El Señor Heladero sonrió y dijo: -No te preocupes pequeño amigo. Siempre hay esperanza cuando creemos en lo imposible. Sigue buscando y nunca te rindas. Animado por las palabras del Señor Heladero, Chorizo continuó su búsqueda.

Mientras caminaba por la playa, vio a un grupo de niños jugando cerca del agua. -¡Hola niños! ¿Han visto a Lola? -preguntó Chorizo emocionado. Uno de los niños se acercó y dijo: -¡Sí! Lola es nuestra perrita.

Se perdió hace unos días y estamos muy tristes sin ella. Chorizo saltó de alegría y les contó cómo encontró el collar con la medalla de Lola. Juntos, fueron al lugar donde había encontrado el collar y siguieron las huellas que dejaba en la arena.

Finalmente, llegaron a una pequeña casita cerca de la playa. Allí estaba Lola, esperando ansiosa el regreso de sus dueños. Los niños abrazaron a Chorizo y le dieron las gracias por encontrar a su querida mascota.

Desde ese día, Chorizo se convirtió en el héroe de Maldonado. Todos los animales lo admiraban por su valentía y perseverancia para encontrar a Lola. Chorizo aprendió una gran lección: nunca rendirse ante los desafíos y siempre creer en sí mismo.

Ahora él sabía que era capaz de hacer cosas increíbles si confiaba en sus instintos y no dejaba que nada lo detuviera.

Y así, Chorizo vivió feliz junto a Lola en Maldonado, disfrutando cada día bajo el solcito playero mientras recordaba su aventura llena de amistad y valentía.

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