El collar mágico de Valeria
Había una vez una niña llamada Valeria, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos bosques. Su lugar favorito para explorar era el Bosque de los Gigantes, un lugar mágico lleno de criaturas fantásticas.
Un día soleado, Valeria decidió ir al bosque con su padre, Nacho.
Juntos caminaron por senderos estrechos y frondosos hasta que llegaron a un claro donde se encontraron con algo increíble: ¡unicornios! Los majestuosos seres blancos se acercaron a ellos con sus brillantes crines y cuernos relucientes. Valeria y Nacho quedaron maravillados ante la presencia de los unicornios. Sabían que estos seres solo se dejaban ver por personas de corazón puro.
Los unicornios podían sentir el amor y la bondad en las personas, así que decidieron acercarse a Valeria. Uno de los unicornios más grande se acercó lentamente a Valeria y le dio un suave toque con su hocico.
La niña sintió una extraña conexión entre ella y el mágico animal. El unicornio parecía decirle: "Eres especial". Valeria sonrió radiante mientras acariciaba al gentil unicornio. Luego, los demás unicornios comenzaron a bailar alegremente alrededor de ellos, creando un espectáculo deslumbrante lleno de colores brillantes.
Después del baile, uno de los unicornios sacó algo del bolsillo mágico que tenía en su costado y lo entregó delicadamente a Valeria. Era un pequeño collar con un brillante cristal en forma de corazón.
Valeria se emocionó al recibir aquel regalo tan especial. Sabía que los unicornios solo daban sus obsequios a personas de buen corazón. El collar tenía un poder mágico: podía hacer realidad cualquier deseo, siempre y cuando fuera un deseo sincero y puro.
Desde ese día, Valeria llevaba el collar en todo momento. Aprendió a usarlo con responsabilidad, deseando cosas que realmente importaban y que no dañaran a nadie más.
Un día, Valeria encontró a su mejor amiga llorando en el parque porque había perdido su juguete favorito. Sin pensarlo dos veces, Valeria cerró los ojos y apretó fuertemente el collar mientras deseaba con todo su corazón encontrar ese juguete perdido. Cuando abrió los ojos, el juguete apareció justo delante de ellas.
La amiga de Valeria se sorprendió y le preguntó cómo lo había hecho. Valeria sonrió y explicó la magia detrás del collar de unicornio. A partir de ese momento, Valeria decidió usar su poder para ayudar a otros.
Ayudaba a las personas mayores con sus compras pesadas, compartía juguetes con niños menos afortunados y plantaba árboles en el bosque para proteger la naturaleza. Con cada acto de bondad, el cristal del collar brillaba aún más intensamente.
Los unicornios estaban orgullosos de ella por usar su poder para hacer felices a los demás. Valeria aprendió que ser generosa y tener un corazón puro era mucho más valioso que cualquier tesoro material.
Su encuentro con los unicornios le enseñó una lección importante: la magia más poderosa proviene del amor y la bondad que llevamos dentro. Y así, Valeria continuó explorando el Bosque de los Gigantes junto a su padre Nacho, siempre recordando la lección que aprendió de los unicornios.
Nunca olvidaría aquel encuentro mágico y las enseñanzas valiosas que le dejaron. Fin.
FIN.