El Color de las Mariposas



Había una vez, en un hermoso prado lleno de flores de todos los colores, un grupo de mariposas que jugaban y revoloteaban por el aire. Eran mariposas alegres, que estaban siempre juntas, pero había una mariposa, llamada Lila, que se sentía un poco diferente. Lila tenía alas de un color azul brillante, mientras que las demás mariposas eran de tonos amarillos, naranjas y rosas.

Un día, mientras las mariposas jugaban al escondite, Lila, al verlas volando felices, sintió que no encajaba.

"¿Por qué soy diferente?" - pensó Lila con tristeza.

Fue entonces cuando decidió alejarse un poco del grupo y volar sola por el sendero. Mientras volaba, conoció a un simpático bicho bolita llamado Ramón.

"¡Hola!" - exclamó Ramón, moviendo sus patitas con alegría. "¿Por qué estás tan sola?"

"Porque soy diferente y no sé si me quieren entre ellas" - respondió Lila con un suspiro.

"¡Claro que sí!" - dijo Ramón. "Cada uno brilla a su manera, y tu color es muy especial."

Lila sonrió apenas, pero sus alas seguían sintiéndose pesadas.

Entonces, Ramón tuvo una idea.

"¿Por qué no les muestras lo que puedes hacer?" - sugirió Ramón con entusiasmo.

"¿Cómo? No sé hacer nada especial" - dijo Lila mientras se daba cuenta que en el fondo, sí tenía algo especial.

Con un poco de inseguridad, Lila decidió intentarlo. Voló de regreso al grupo de mariposas.

"Chicas, miren lo que puedo hacer!" - gritó mientras se lanzaba en un giro acrobático en el aire.

Las otras mariposas se detuvieron y miraron, fascinadas.

"¡Guau!" - exclamaron. "¡No sabíamos que podías volar así!"

"Sí, mira cómo lo hago" - se animó Lila.

Las mariposas comenzaron a intentarlo también. Lila les enseñó a hacer giros y vueltas, y juntas comenzaron a crear una danza en el aire.

Con el tiempo, Lila se sintió más parte del grupo, y las demás mariposas aprendieron a apreciar su vuelo único.

Un día, una tormenta inesperada llegó y las mariposas se asustaron.

"¡Es hora de refugiarse!" - gritó una mariposa, y todas comenzaron a buscar un lugar seguro.

Lila, con su aguda visión, vio un gran árbol cuyas ramas eran un refugio perfecto.

"¡Por aquí!" - gritó.

De repente, las demás mariposas se dieron cuenta de que la brillantez de Lila en el aire no solo era hermosa, sino que también era útil.

"Gracias, Lila. ¡Nos salvaste!" - dijeron las mariposas al unísono.

Al salir de la tormenta, las mariposas volaron juntas hacia el arcoíris.

"¡Miren, lo estamos logrando juntas!" - dijo Lila mientras sus colores brillaban más que antes.

Esa tarde, Lila entendió que ser diferente no solo era especial, sino que era necesario. Cada mariposa tenía algo único que aportaba al grupo.

Y así, Lila y sus amigas continuaron volando juntas, siempre aprendiendo unas de otras, y celebrando lo que cada una traía al prado.

Desde entonces, Lila nunca volvió a sentirse sola.

"¡Ser diferente es grandioso!" - decía, mientras las mariposas bailaban y reían en el aire.

"¡Y cada uno tiene su propio color!" - respondían

Y así, el prado se llenó de colores, de risas, de amistad y, sobre todo, de la certeza de que la verdadera belleza se encuentra en la diversidad.

Fin.

FIN.

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