El Color del Amor



Había una vez, en un colorido colegio llamado ‘Diversidad’, un grupo de amigos muy especiales. En esta escuela no solo aprendían matemáticas y lengua, sino también el valor de la amistad, la inclusión y el amor por las diferencias.

Entre ellos estaba Sofía, que tenía el cabello rizado y siempre llevaba una diadema de flores. Su mejor amigo, Mateo, era muy alto y le encantaba contar chistes. También estaban Valentina, una niña que adoraba pintar, y Tomás, quien siempre llevaba una capa de superhéroe, aunque no supiera volar.

Un día, la profesora de arte, la señorita Lila, anunció una gran competencia de pintura. El ganador tendría la oportunidad de exponer su obra en la feria del colegio. Todos los niños estaban emocionados.

- “¡Yo voy a hacer la mejor pintura! ” - gritó Valentina, con los ojos brillantes de entusiasmo.

Todos se pusieron manos a la obra. Sin embargo, cuando el día de la entrega se acercaba, Sofía notó algo extraño.

- “Chicos, ¿se dieron cuenta de que Mateo no ha pintado nada? ” - preguntó Sofía, preocupada.

- “Sí, pero siempre hace reír a todos. Quizás está demasiado ocupado con sus chistes” - comentó Tomás, encogiéndose de hombros.

Decididos a ayudar a su amigo, los cuatro amigos decidieron ir a buscar a Mateo. Lo encontraron sentado en su rincón favorito del patio, con cara de tristeza.

- “Mateo, ¿qué te pasa? ” - preguntó Sofía, sentándose a su lado.

Mateo suspiró. - “No sé qué pintar. Todos ustedes son buenos en esto y yo... simplemente no soy artista.”

Valentina sonrió y dijo: - “¡Pero eso no importa! Todos tenemos talentos diferentes. Lo que cuenta es tener un buen corazón y expresar lo que sentimos.”

- “¿Por qué no pintamos juntos? ” - sugirió Tomás con su capa ondeando al viento.

La idea le iluminó la cara a Mateo. - “¿De verdad podemos hacerlo? ”

- “¡Claro! Somos un equipo y cada uno tiene algo especial que aportar” - respondió Sofía, sonriendo.

Así, los cuatro amigos se pusieron manos a la obra. Juntos crearon un enorme mural lleno de colores, risas y amor. Cada uno pintaba algo que lo representaba: los chistes de Mateo en forma de burbujas de diálogo, los sueños de Valentina en hermosos paisajes, las flores de Sofía y las aventuras de Tomás con su súper capa.

Cuando el mural estuvo terminado, todos quedaron maravillados. La combinación de sus ideas era única y hermosa.

Finalmente llegó el día de la competencia y los amigos presentaron su mural. La señorita Lila lo admiró con una gran sonrisa.

- “Este mural representa todo lo que es el colegio Diversidad: la unión, la amistad y el amor por las diferencias. ¡Es impresionante! ”

Los cuatro amigos se miraron entre sí con sonrisas enormes. Ganaron el premio a la obra más original, pero eso no importaba tanto como lo que habían aprendido: que, aunque eran distintos, juntos podían crear algo más bello que cada uno por separado.

Desde ese día, Mateo nunca volvió a dudar de sí mismo. En vez de pensar que no era bueno en algo, se dio cuenta de que en el grupo era valioso de otra manera. Con sus amigos a su lado, el color del amor siempre brillaría en el colegio ‘Diversidad’. Y así, vivieron muchas más aventuras juntos, siempre celebrando sus diferencias y la fuerza de su amistad.

FIN.

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