El comedor de La Alegría


Había una vez, en un pequeño colegio llamado "La Alegría", un grupo de niños muy traviesos y juguetones.

Todos los días, a la hora del almuerzo, se reunían en el comedor para disfrutar de una deliciosa comida preparada con mucho amor por las cocineras. Pero había un problema: los niños no se comportaban como debían. Gritaban, empujaban y se peleaban por los alimentos. No respetaban las normas ni a sus compañeros.

Esto hacía que el momento del almuerzo fuera caótico y desagradable. La directora del colegio, la señorita Laura, decidió tomar cartas en el asunto.

Convocó a todos los niños a una reunión urgente en el patio central y les dijo:-¡Niños! Estoy muy preocupada por cómo se están comportando en el comedor. No es justo para las cocineras ni para ustedes mismos. Necesitamos encontrar una solución juntos. Los niños quedaron sorprendidos al escucharla hablar con tanta seriedad y decidieron prestar atención.

-Quiero que cada uno de ustedes piense en cómo podemos mejorar nuestro comportamiento en el comedor -continuó la señorita Laura-. Mañana nos reuniremos nuevamente para compartir nuestras ideas.

Al día siguiente, todos los alumnos llegaron al colegio emocionados por compartir sus propuestas. La señorita Laura les dio la palabra uno por uno y escuchó atentamente lo que tenían que decir.

Marcelo levantó su mano y dijo:-Señorita Laura, podríamos hacer un cartel grande con las reglas del comedor y colgarlo bien visible para que todos lo veamos y recordemos cómo debemos comportarnos. -Tienes razón, Marcelo. Eso sería de gran ayuda -respondió la señorita Laura-.

¿Alguien más tiene alguna idea? Martina levantó su mano y dijo:-Señorita, podríamos hacer un juego para aprender a respetar el turno en la fila del comedor. Podríamos jugar al "semáforo", donde cada uno espera su turno hasta que se encienda la luz verde. -¡Excelente idea, Martina! -exclamó la señorita Laura-.

Así aprenderemos a ser pacientes y respetuosos con nuestros compañeros. Así, uno por uno, los niños fueron compartiendo sus ideas.

Al finalizar la reunión, habían surgido muchas propuestas interesantes: establecer un día a la semana para elegir al "niño responsable" del comedor, organizar una competencia de limpieza entre las mesas y premiar al grupo más ordenado, entre otras. Los días siguientes fueron emocionantes en el colegio "La Alegría".

Los niños pusieron en práctica todas las ideas que habían propuesto y el comportamiento en el comedor comenzó a mejorar notablemente. El clima se volvió más amigable y tranquilo. Todos disfrutaban de sus almuerzos sin peleas ni gritos.

Las cocineras también estaban felices de ver cómo los niños valoraban su trabajo y se comportaban adecuadamente. Cada día preparaban platos más deliciosos y nutritivos para premiarlos por su buen comportamiento.

Y así fue como los niños del colegio "La Alegría" aprendieron que es importante respetar las normas y a los demás, incluso en el comedor. Descubrieron que trabajar en equipo y escuchar las ideas de todos puede llevar a grandes cambios positivos. Desde aquel día, el comedor se convirtió en un lugar lleno de alegría y compañerismo.

Los niños aprendieron una valiosa lección que llevarían consigo para siempre: la importancia de comportarse correctamente y ser respetuosos con los demás.

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