El cometa mágico de Ashley



Había una vez una niña llamada Ashley, a quien le encantaba pasar tiempo al aire libre. Un día soleado, decidió que era el momento perfecto para volar su cometa.

Ashley salió corriendo hacia el parque con su cometa en la mano. Era una cometa hermosa y colorida, con un diseño de mariposa. Estaba emocionada por verla volar alto en el cielo. Al llegar al parque, Ashley buscó un lugar abierto donde pudiera lanzar su cometa sin obstáculos.

Se acercó a un campo verde y despejado y comenzó a desenrollar la cuerda de su cometa. Cuando todo estuvo listo, Ashley agarró firmemente la cuerda y corrió unos pasos hacia adelante mientras lanzaba la cometa hacia arriba.

Pero algo inesperado ocurrió: ¡la brisa era tan fuerte que arrastró a Ashley junto con la cometa! Ashley estaba asustada pero emocionada al mismo tiempo mientras se elevaba en el aire junto con su amiga mariposa.

Mientras flotaban más alto y más alto, Ashley miraba hacia abajo y veía cómo se alejaban las copas de los árboles y los tejados de las casas. "¡Esto es increíble!" -exclamó Ashley-.

"¡Estoy volando!"Mientras tanto, las personas del parque comenzaron a darse cuenta del increíble espectáculo que tenían frente a sus ojos: una niña volando junto con su cometa como si fuera parte del viento.

La noticia rápidamente se extendió por todo el vecindario y muchas personas salieron de sus casas para ver el asombroso vuelo de Ashley. Todos se maravillaban y aplaudían mientras la niña seguía flotando en el cielo.

Pero, a medida que pasaba el tiempo, Ashley comenzó a darse cuenta de que estaba cada vez más lejos del suelo y no sabía cómo volver. El miedo empezó a apoderarse de ella. "¡Ayuda! ¡No sé cómo bajar!" -gritó Ashley con voz temblorosa.

Afortunadamente, un grupo de pájaros juguetones escucharon los llamados de auxilio de Ashley y volaron hacia ella. Se acercaron cuidadosamente y rodearon la cometa, guiándola hacia abajo con sus alas extendidas. Con la ayuda de los pájaros amigables, Ashley finalmente descendió suavemente hasta tocar tierra nuevamente.

La multitud aplaudió emocionada mientras los pájaros regresaban al cielo. Ashley se dio cuenta entonces de lo afortunada que había sido por recibir ayuda cuando más lo necesitaba.

Agradecida por esta experiencia inolvidable, decidió compartir su historia con otros niños para enseñarles sobre el valor de pedir ayuda cuando están en problemas.

Desde ese día en adelante, cada vez que Ashley volaba su cometa, siempre llevaba consigo una pequeña caja llena de notas escritas por ella misma: "Si alguna vez te encuentras perdido en las alturas, recuerda pedir ayuda y siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte".

Y así fue como Ashley aprendió una valiosa lección mientras disfrutaba volando su cometa colorida junto a sus amigos en el parque: nunca debemos tener miedo de pedir ayuda cuando nos encontramos en situaciones difíciles.

FIN.

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