El Concierto de las Sirenas
En lo profundo del océano, donde la luz del sol apenas llegaba, vivía un grupo de amigas sirenas que compartían una pasión por la música. Era un lugar mágico, lleno de colores vibrantes y criaturas marinas de lo más diversas. Las sirenas, que se llamaban Lúa, Melodi, y Aria, habían decidido preparar un concierto para todas las criaturas del océano. La emoción estaba en el aire, y la melodía de su amistad resonaba en cada rincón del fondo marino.
"Chicas, ¡hoy tenemos que ensayar la canción nueva!" - dijo Lúa, moviendo su cola brillante de un lado a otro.
"¡Sí! La letra es hermosa, pero necesitamos que todo suene perfecto para el gran día", agregó Melodi, tocando suavemente su flauta.
"No olviden que van a venir delfines, tortugas, y hasta el viejo pez globo que siempre se queja de lo mismo", rió Aria, mientras afinaba su violín.
Las sirenas ensayaban todos los días, cada una aportando su talento. Lúa tocaba la guitarra con fuerza y pasión, Melodi llenaba el agua con las suaves notas de su flauta, y Aria, con su violín, hacía que hasta las estrellas de mar se sintieran conmovidas. Juntas, formaban una sinfonía de armonías que hacía vibrar el océano entero.
Una tarde, mientras ensayaban, se dieron cuenta de que la letra que habían escrito tenía un pequeño problema.
"Esta parte no rima, y no suena igual que lo que sentimos" - se quejó Melodi.
"Tenés razón, necesitamos que la letra represente nuestro amor por la música y por el océano" - agregó Lúa con un suspiro.
"No se preocupen, ¡puedo ayudar!" - dijo un pequeño pez payaso que había estado escuchando.
Las sirenas miraron sorprendidas.
"¿Tú? Pero eres tan pequeño..." - dijo Aria con una sonrisa.
"¡La grandeza no siempre viene en tamaño!" - respondió el pez, moviendo su cola con entusiasmo. "Mi abuela siempre decía que la música nos une a todos, y tengo una idea para reescribir la letra. ¡Escuchen!"
El pez empezó a cantar una hermosa melodía llena de palabras sobre el amor, la amistad y la belleza del océano. Con su ayuda, las sirenas modificaron la letra, creando una canción que hacía vibrar el agua con cada nota.
El gran día del concierto llegó. Las sirenas, con sus colas brillantes, estaban muy nerviosas, pero también emocionadas. Las criaturas del océano se reunieron alrededor, creando un gran círculo, expectantes. Lúa, Melodi y Aria se miraron y asintieron.
"¡Vamos a darlo todo!" - dijo Lúa mientras tomaba su guitarra.
La música comenzó. Las suaves notas de la flauta se entrelazaban con las cuerdas de la guitarra y el dulce sonido del violín. Y cuando llegó el momento de la letra nueva, todos los seres marinos escucharon, maravillados.
El pequeño pez payaso sonreía entre la multitud. La canción hablaba del océano, de sus maravillas, y sobre lo que significaba ser amigas. Al terminar, una gran ola de aplausos emergió de todos los rincones del fondo marino, llenando de alegría el agua.
"¡Lo logramos!" - gritaron las sirenas, mientras todas las criaturas aplaudían con alegría.
"Eso fue increíble, ¡gracias por dejarnos ser parte de esto!" - exclamó el pez payaso.
Las sirenas se abrazaron, sintiendo que, gracias al trabajo en equipo, habían creado algo mágico.
Desde ese día, el concierto se convirtió en una tradición anual en el océano. Y cada vez, eran más y más las criaturas que se sumaban, uniendo a todos en una sinfonía de amor, amistad y música.
"La música nos une, no importa el tamaño" - dijo Lúa al recordar al pequeño pez, y todas las sirenas sonrieron, sabiendo que cada uno, sin importar cuán pequeño fuera, puede hacer una gran diferencia en el mundo.
FIN.