El concierto ecológico
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Eco, donde todos sus habitantes vivían en armonía con la naturaleza. En ese lugar, un grupo de niños llamado Los Eco-amigos, formado por Sofía, Martín, Renata y Tomás, tenían una gran pasión por la música. Les encantaba tocar instrumentos, pero se dieron cuenta de que muchos de ellos estaban hechos con materiales que no eran amigables para el medio ambiente.
Un día, Los Eco-amigos se reunieron en el jardín de Sofía, con un plan brillante en mente. Decidieron construir sus propios instrumentos musicales utilizando materiales reciclados, para demostrar que se podía hacer música de una manera ecológica. Sofía propuso hacer una guitarra con una caja de zapatos, Martín sugirió hacer una batería con latas de conservas, Renata quería construir una flauta con cañas del río, y Tomás pensó en hacer un tambor con una vieja olla reciclada.
Los niños se dispusieron a recolectar todos los materiales que necesitaban. Salieron al campo y recogieron cañas, buscaron en los contenedores de reciclaje latas y cajas vacías, e incluso pidieron a sus vecinos si tenían objetos que ya no utilizaran. Con todos los materiales reunidos, se pusieron manos a la obra y, con mucha imaginación y creatividad, empezaron a construir sus instrumentos musicales.
Después de muchas horas de trabajo, los instrumentos estaban listos. Los Eco-amigos se sentían muy emocionados y orgullosos de lo que habían logrado. Decidieron organizar un concierto en el parque del pueblo para mostrar al resto de los habitantes que la música ecológica era posible.
El día del concierto, el parque se llenó de personas curiosas por escuchar la música de Los Eco-amigos. Los niños subieron al escenario con sus instrumentos hechos de materiales reciclados y comenzaron a tocar. La música que crearon era hermosa, y lo más sorprendente fue que todos los presentes no podían creer que esos sonidos maravillosos provenían de objetos que habían sido descartados.
Al finalizar, los aplausos retumbaron en el parque. Los Eco-amigos se miraron con una gran sonrisa en el rostro, habían demostrado que, con ingenio y creatividad, se podían hacer grandes cosas por el planeta. A partir de ese día, Los Eco-amigos se convirtieron en un ejemplo para todos en Villa Eco, inspirando a otros niños y adultos a cuidar el ambiente y a buscar soluciones creativas para proteger el planeta.
FIN.