El Concierto Zurdo de Francisca



Francisca siempre había soñado con ser una rockstar, y finalmente lo había logrado.

Era la guitarrista de una banda de rock muy popular, y estaban a punto de grabar su primer disco y tocar en vivo frente a millones de personas. Pero justo cuando todo parecía estar saliendo perfecto, Francisca recibió una mala noticia: se lastimó el brazo derecho en un accidente y no podría tocar la guitarra por un tiempo. Francisca estaba devastada.

¿Cómo iba a tocar en el concierto? ¿Cómo iban a grabar el disco sin ella? La banda se reunió para discutir qué hacer. "No podemos cancelar todo", dijo el cantante.

"¡Tenemos que encontrar una solución!"Fue entonces cuando uno de los integrantes sugirió algo loco: "¿Qué tal si Francisca aprende a tocar con la mano izquierda?"Francisca se sorprendió al principio.

¿Podría realmente aprender a tocar con su otra mano? Pero luego pensó en todas las veces que había superado desafíos similares antes, como cuando tuvo que aprenderse canciones nuevas o lidiar con problemas técnicos durante los ensayos. "Lo voy a intentar", dijo firmemente. Y así comenzaron semanas intensas de práctica.

Al principio fue difícil, pero poco a poco Francisca fue mejorando cada vez más. Aprendió las notas básicas y luego pasó a las más complicadas. La banda estaba impresionada por su dedicación y esfuerzo. Finalmente llegó el día del concierto.

El estadio estaba lleno hasta los topes, esperando verlos tocar en vivo por primera vez. Cuando llegó el momento de la guitarra solista, Francisca se paró en el centro del escenario con su guitarra en la mano izquierda.

La multitud estaba expectante mientras comenzaba a tocar. Al principio sonaba un poco extraño, pero luego se dio cuenta de que estaba tocando mejor que nunca.

Había algo diferente en esa actuación: era más sentida, más intensa, y parecía como si todo lo que había aprendido durante esas semanas estuviera saliendo a través de sus dedos. Cuando terminaron la canción, la multitud explotó en aplausos y ovaciones. La banda se abrazó emocionada, sabiendo que habían logrado algo increíble juntos.

"¡Lo hicimos!", dijo Francisca con una gran sonrisa en su rostro. Y así fue cómo Francisca aprendió que cuando te enfrentas a un desafío difícil, no debes rendirte.

Siempre hay una manera de superar las dificultades si te esfuerzas y trabajas duro para alcanzar tus objetivos.

FIN.

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