El concurso de amistad en el huerto
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, tres amigos muy especiales: Lechuga, Calabaza y Pimiento. Vivían juntos en una hermosa huerta donde crecían todo tipo de vegetales.
Un día, mientras disfrutaban del sol y se contaban chistes bajo la sombra de un árbol, Lechuga tuvo una idea emocionante. -¡Amigos! ¡Deberíamos organizar un concurso para ver quién puede crecer más alto! Será divertido y aprenderemos mucho sobre el crecimiento de las plantas.
Calabaza y Pimiento asintieron entusiasmados y comenzaron a preparar todo lo necesario para el concurso. Cada uno eligió su propio pedazo de tierra en la huerta para sembrar sus semillas. Lechuga decidió ser muy cuidadosa con su planta.
La regaba todos los días y le hablaba dulces palabras de aliento. Calabaza, por otro lado, pensó que podría ganar simplemente dejando que su planta creciera sin hacer nada más.
Y Pimiento estaba convencido de que utilizando fertilizantes especiales su planta sería la más grande. Los días pasaron y las plantas comenzaron a crecer. Lechuga iba primero en altura, pero pronto fue alcanzada por Calabaza quien había tenido un gran crecimiento repentino gracias a las lluvias constantes.
Sin embargo, Pimiento seguía rezagado. Un día, mientras paseaban por la huerta buscando inspiración para ayudar a Pimiento a crecer más rápido, encontraron una vieja botella enterrada cerca del camino. -¡Miren lo que encontré! -exclamó emocionado Lechuga.
Dentro de la botella había un mensaje escrito en un pergamino. Decía: "La verdadera belleza no está en lo alto que puedas crecer, sino en cómo te cuidas a ti mismo y a los demás". Los amigos se miraron sorprendidos y entendieron el mensaje oculto.
Se dieron cuenta de que habían estado tan enfocados en ganar el concurso que habían olvidado lo más importante: disfrutar del proceso y apoyarse mutuamente.
Decidieron cambiar las reglas del concurso y convertirlo en una competencia amistosa para ver quién podía ayudar a su planta a ser la más saludable y hermosa. Lechuga compartió su técnica de riego adecuado, Calabaza enseñó sobre la importancia de la luz solar y Pimiento explicó cómo elegir los mejores fertilizantes naturales.
A medida que aplicaban sus nuevos conocimientos, las plantas comenzaron a florecer aún más. Lechuga se volvió más verde y vibrante, Calabaza creció frutas jugosas y Pimiento finalmente desarrolló un intenso sabor picante.
El día del concurso llegó y todos estaban emocionados por mostrar sus logros. Pero cuando se reunieron frente al juez, quedaron asombrados al descubrir algo increíble: todas las plantas eran igualmente hermosas e impresionantes.
El juez felicitó a los amigos por su trabajo en equipo, dedicación y amor hacia sus plantas. Les recordó que cada uno tenía habilidades únicas para compartir, pero solo trabajando juntos podían alcanzar resultados verdaderamente asombrosos. Desde ese día, Lechuga, Calabaza y Pimiento se convirtieron en los mejores amigos de la huerta.
Aprendieron que la verdadera belleza no está en ganar una competencia, sino en cultivar relaciones saludables y apoyarse mutuamente. Y así, vivieron felices y compartiendo su amor por las plantas con todos aquellos que visitaban su maravillosa huerta.
FIN.