El concurso de cocina de Paz en Arcoiris


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoiris, donde todos los habitantes vivían en armonía y felicidad.

En este lugar tan especial, Paz era una niña curiosa y amable que siempre buscaba la manera de hacer feliz a quienes la rodeaban. Un día, Paz decidió organizar un concurso de recetas para niños donde cada participante debía preparar su plato favorito y compartirlo con los demás.

La idea era fomentar la convivencia, el amor por la cocina y la solidaridad entre los más pequeños del pueblo. El concurso se anunció por todo Arcoiris y pronto se formaron equipos de niños entusiasmados por participar.

Entre ellos estaban Tomás, un niño travieso pero muy creativo; Valentina, una niña tímida pero muy talentosa en la cocina; y Mateo, un niño risueño que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. El día del concurso llegó y el aroma de deliciosos platillos invadió las calles de Arcoiris.

Los niños presentaron sus creaciones con orgullo y compartieron sus recetas con alegría. Había tortas coloridas, empanadas rellenas de amor, sándwiches divertidos y postres que parecían salidos de un cuento de hadas.

Al finalizar la degustación, el jurado deliberó y anunció que todos los participantes eran ganadores por su esfuerzo y dedicación. Pero hubo una sorpresa especial: Paz había preparado una gran olla de sopa caliente para compartir con todos los presentes como muestra de agradecimiento por su participación.

Los niños se sentaron juntos alrededor de la olla humeante mientras el sol se ponía en el horizonte. "¡Qué rica está esta sopa!", exclamó Tomás con entusiasmo. "Sí, me encanta cómo quedó", dijo Valentina sonriendo tímidamente.

"Gracias Paz por organizar este concurso tan divertido", expresó Mateo emocionado. De repente, comenzaron a escucharse risas y cantos alrededor del fogón improvisado. Los niños compartían anécdotas, sueños e ilusiones mientras disfrutaban de aquel momento mágico en compañía unos de otros.

Paz observaba a sus amigos con cariño y pensaba en lo maravilloso que era ver cómo algo tan simple como cocinar juntos podía unir corazones y fortalecer la amistad entre ellos.

Así fue como en el pueblo de Arcoiris, gracias a Paz y su iniciativa de organizar un concurso culinario infantil, los niños descubrieron que cocinar no solo era mezclar ingredientes en una olla, sino también compartir momentos especiales llenos de convivencia, amor y alegría.

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