El concurso de cocina saludable de Tomás


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Saludable, donde todos sus habitantes vivían felices y saludables gracias a la deliciosa comida que cultivaban en sus huertas.

En este lugar, las verduras eran las reinas y los niños las disfrutaban tanto como si fueran golosinas. En el centro de Villa Saludable se encontraba la escuela "Semillitas Felices", donde los niños aprendían sobre la importancia de llevar una alimentación balanceada y saludable.

La directora de la escuela, Doña Lechuga, era una mujer amable y sabia que enseñaba a los niños a amar las verduras y frutas desde pequeños. Un día, llegó al pueblo un nuevo niño llamado Tomás.

Era un niño muy travieso que no le gustaba para nada comer verduras. Siempre ponía caras de asco cuando veía un plato lleno de ellas y prefería comer papas fritas o golosinas en su lugar.

"¡No quiero esta ensalada! ¡Quiero pizza!", protestaba Tomás cada vez que le servían vegetales en el comedor escolar. Doña Lechuga notó la actitud de Tomás y decidió hablar con él para ayudarlo a comprender la importancia de comer sano.

"Tomás, sé que no te gustan mucho las verduras, pero son muy importantes para tu cuerpo. Te dan energía y te mantienen fuerte y sano", explicó Doña Lechuga con paciencia. "Pero son aburridas y no tienen buen sabor", respondió Tomás frunciendo el ceño.

Doña Lechuga sonrió con complicidad y le propuso a Tomás un desafío: organizar juntos un concurso de cocina saludable en la escuela. Los niños tendrían que preparar platos utilizando solo ingredientes naturales como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.

Tomás aceptó el desafío emocionado por competir junto a sus compañeros. Durante las semanas siguientes, los niños practicaron recetas saludables en la clase de cocina mientras aprendían sobre nutrición y alimentación balanceada. Finalmente, llegó el día del concurso.

Las mesas estaban llenas de coloridos platos preparados por los niños: ensaladas frescas, batidos de frutas, wraps vegetales e incluso postres sin azúcar añadida elaborados con ingredientes naturales. El jurado probó cada uno de los platos con entusiasmo mientras los niños esperaban ansiosos el veredicto final.

Todos estaban deliciosos, pero hubo uno que destacó por su sabor exquisito: ¡la tortilla vegana preparada por Tomás!"¡Felicidades Tomás! Tu tortilla vegana es espectacular", anunció Doña Lechuga entre aplausos.

Tomás se sintió feliz y orgulloso al recibir el premio al mejor plato saludable del concurso. A partir de ese día, comprendió lo divertido que podía ser cocinar con ingredientes naturales y descubrió nuevos sabores que nunca había probado antes.

Desde entonces, Tomás se convirtió en un gran defensor de la comida saludable e inspiraba a sus amigos a probar nuevas recetas nutritivas.

En Villa Saludable todos aprendieron juntos que comer sano no solo es importante para nuestro cuerpo, sino también puede ser delicioso y divertido si se hace con amor y creatividad. Y colorín colorado este cuento saludable ha terminado ¡Chau chicos!

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