El concurso de cuentos de la escuela Federalismo Argentino



En la escuela Federalismo Argentino, un lugar lleno de alegría y aprendizaje, trabajaban juntas seis maestras muy especiales: Vanina, María José, Lucrecia, Rita, Paola, Jessica y María. Eran un equipo increíble que se apoyaba mutuamente en todo momento.

Un día, mientras preparaban una actividad especial para los niños de primer grado, surgió una idea brillante. Decidieron organizar un concurso de cuentos entre los alumnos para fomentar la creatividad y el amor por la lectura.

Cada maestra se encargaría de guiar a un grupo de niños en la creación de sus propias historias. "¡Qué emoción! Estoy segura de que nuestros pequeños escritores nos sorprenderán con cuentos maravillosos", expresó entusiasmada María José.

"Sí, será una oportunidad perfecta para estimular su imaginación y habilidades narrativas", agregó Lucrecia con una sonrisa. Las maestras se pusieron manos a la obra y durante semanas ayudaron a los niños a desarrollar sus historias.

Desde aventuras en mundos mágicos hasta relatos sobre amistad y valentía, cada cuento reflejaba el talento único de sus jóvenes autores. Finalmente llegó el día del concurso. El patio de la escuela se transformó en un escenario lleno de color y alegría.

Los padres y familiares se reunieron para disfrutar de las presentaciones mientras las maestras observaban orgullosas desde un costado. Uno a uno, los niños subieron al escenario para compartir sus cuentos ante el público.

Las risas, aplausos y lágrimas emocionadas demostraban lo cautivadora que era cada historia. Cuando todos los cuentos fueron presentados, llegó el momento más difícil: elegir al ganador del concurso. Las maestras se reunieron en secreto para deliberar y tras mucha reflexión tomaron una decisión.

"Y el ganador es... ¡Martín con su cuento "El dragón valiente"!", anunció Rita emocionada. Martín subió al escenario entre aplausos y recibió su premio con una gran sonrisa en el rostro.

Todos estaban felices por él y por cada niño que había participado en el concurso. Esa tarde quedó marcada en la memoria de todos como un día lleno de magia y creatividad.

Los niños descubrieron el poder de sus palabras y las maestras reafirmaron su compromiso de inspirarlos cada día.

Desde entonces, en la escuela Federalismo Argentino se celebraba anualmente el concurso de cuentos como una tradición que recordaba a todos que en ese lugar tan especial no solo se formaban mentes brillantes, sino también corazones creativos e inspirados.

FIN.

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