El concurso de dibujo de Martín
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un niño llamado Martín que sufría de bullying en la escuela.
Martín era un niño amable y creativo, le encantaba dibujar y jugar al fútbol, pero sus compañeros de clase siempre se burlaban de él por ser diferente. Un día, Martín llegó a casa con el corazón destrozado y le contó a su mamá lo mal que se sentía por las constantes burlas en la escuela.
Su mamá lo abrazó con cariño y le dijo: "Martín, recuerda que eres único y especial tal como eres. No dejes que las palabras hirientes de los demás te lastimen".
Martín decidió seguir el consejo de su mamá y buscar una solución para detener el bullying en la escuela. Se puso a pensar durante toda la noche hasta que finalmente tuvo una brillante idea.
Al día siguiente, durante el recreo, Martín se acercó a sus compañeros de clase con una sonrisa en el rostro. "-¡Hola chicos! ¿Les gustaría participar en un concurso de dibujo? Podemos hacer equipos y pasar un rato divertido juntos", propuso Martín emocionado.
Los niños al principio dudaron, pero luego accedieron entusiasmados por la idea del concurso. Se formaron equipos y cada uno comenzó a dibujar sobre grandes hojas de papel. Pasaron las horas y todos estaban concentrados en sus creaciones.
Martín se acercaba a cada equipo para felicitarlos por su trabajo e intercambiar ideas creativas. Al finalizar el concurso, llegó el momento de anunciar al equipo ganador. El jurado (compuesto por los profesores) observó detenidamente cada dibujo y anunciaron: "-¡El equipo ganador es...
todos ustedes! Cada dibujo refleja la creatividad y talento único de cada uno". Los niños se miraron sorprendidos e incrédulos ante el veredicto. Comenzaron a aplaudirse entre ellos y abrazarse emocionados. Desde ese día, algo cambió en la actitud de los niños hacia Martín.
Ya no lo veían como antes, sino como un compañero valiente y generoso que les había demostrado que la verdadera magia está en aceptar las diferencias y trabajar juntos hacia un mismo objetivo.
Martín se convirtió en un ejemplo para todos en la escuela, inspirando amistad, respeto mutuo y solidaridad entre sus compañeros. Y así, Villa Feliz se llenó de risas y alegría gracias al coraje de un niño dispuesto a cambiar las cosas para mejor.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado pero su mensaje perdurará por siempre: ¡No al bullying!
FIN.