El Concurso de la Igualdad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Pueblito Feliz, dos niñas muy especiales: Aris e Ivis. Ellas eran inseparables, siempre juntas en todas partes.

Pero lo que las hacía diferentes era que no les gustaban los roles y estereotipos impuestos por la sociedad.

Desde pequeñas, Aris e Ivis veían cómo a las niñas se les enseñaba a ser delicadas y a jugar con muñecas, mientras que a los niños se les decía que debían ser fuertes y jugar al fútbol. A ellas no les parecía justo y decidieron hacer algo al respecto. Un día, mientras caminaban por el pueblo, vieron un cartel que anunciaba un concurso de talentos.

Se miraron emocionadas y dijeron al unísono: "¡Vamos a participar!". Las dos amigas comenzaron a prepararse para el concurso. Aris quería demostrar su destreza en el fútbol y Ivis quería mostrar su habilidad para armar cosas con herramientas.

Ambas practicaban todos los días después de la escuela. Finalmente llegó el día del concurso y Aris e Ivis subieron al escenario frente a todo el pueblo.

Aris mostró sus mejores jugadas de fútbol, mientras que Ivis armó una casita de madera en tiempo récord. El público quedó impresionado y las ovacionó con aplausos. Sin embargo, cuando terminaron las presentaciones, uno de los jueces se acercó a ellas y dijo: "Lo siento chicas, pero este concurso es solo para niños".

Aris e Ivis se miraron determinadas y sin dudarlo respondieron: "No importa si somos niñas o niños, lo importante es que tenemos talento y pasión por lo que hacemos". El mensaje de Aris e Ivis resonó en todo el pueblo.

La gente comenzó a cuestionar los roles tradicionales de género y a valorar el talento sin importar quién lo tuviera. Finalmente, el jurado decidió cambiar las reglas del concurso permitiendo la participación de todos sin importar su género.

Aris e Ivis ganaron el primer premio compartido por su valentía y determinación para desafiar los estereotipos.

Desde ese día en adelante, Aris e Ivis se convirtieron en inspiración para todos los niños y niñas del pueblo, demostrando que juntos podían luchar contra cualquier injusticia social y alcanzar sus sueños sin importar lo que diga la sociedad. Y así, entre risas y juegos iguales para todos, Aris e Ivis vivieron felices desafiando juntos cada obstáculo que la vida les pusiera enfrente.

FIN.

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