El concurso de sabores frutales


Había una vez un hermoso jardín donde vivían las hadas de la fruta.

Estas haditas eran muy especiales, ya que cada una representaba a una fruta diferente y se dedicaban a cuidarla y asegurarse de que todos la conocieran y la disfrutaran. En ese jardín, vivía Meli, el hada del melocotón. Era dulce y amable, siempre dispuesta a ayudar a los demás.

Un día, mientras volaba por el jardín, vio a su amiga Fresita, el hada de la fresa, con una carita triste. - ¿Qué te pasa, Fresita? - preguntó Meli preocupada. La pequeña hadita suspiró y respondió: - Es que nadie quiere probar mis fresas. Todos prefieren los postres y dulces.

Meli entendió perfectamente cómo se sentía Fresita. Entonces tuvo una idea brillante. - ¡Vamos a hacer algo especial! Organizaremos un concurso de frutas para que todos descubran lo deliciosas que son.

Además, podría ser divertido tener diferentes pruebas para demostrar qué tan valiosas son nuestras frutas. Fresita se animó al instante ante esa propuesta emocionante. Juntas comenzaron los preparativos para el gran evento en el jardín mágico.

El día llegó y todas las haditas del jardín estaban ansiosas por participar en el concurso. Cada una llevó su fruta favorita; había naranjas jugosas, plátanos energéticos e incluso sandías refrescantes. Las pruebas comenzaron con entusiasmo. La primera consistía en probar las frutas y descubrir cuál era su sabor favorito.

Las haditas se sorprendieron al darse cuenta de lo deliciosas que eran todas las frutas, cada una con su propio sabor único. Luego, tuvieron que demostrar sus habilidades en carreras.

Las naranjas rápidamente tomaron la delantera, seguidas de cerca por los plátanos y las fresas. La última prueba fue un desafío de conocimiento sobre las propiedades saludables de cada fruta.

Todas prestaron mucha atención cuando Meli explicó cómo cada una les brindaba vitaminas y energía para crecer fuertes y sanos. Finalmente, llegó el momento más esperado: la entrega de premios. Se coronaron a las tres haditas ganadoras: Naranjita, Platanito y Fresita.

Desde ese día, en el jardín mágico todos aprendieron a valorar y disfrutar de todas las frutas por igual. Ya no solo buscaban postres y dulces; también se deleitaban con un buen melocotón o una jugosa fresa. Las haditas comprendieron que todas las frutas son importantes para llevar una alimentación saludable y equilibrada.

Aprendieron a compartir sus conocimientos entre ellas y a disfrutar juntas de los beneficios que ofrecen. Y así, gracias al esfuerzo conjunto de Meli, Fresita y todas las haditas del jardín mágico, lograron cambiar la forma en que veían las frutas.

Ahora sabían que probar nuevas cosas podía ser divertido e importante para cuidar su salud.

Desde entonces, en el jardín mágico reinaba la alegría por descubrir y disfrutar de las frutas, mientras las haditas se convertían en verdaderas embajadoras de una alimentación saludable.

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