El concurso de talentos en Santa Ana de Tusi
Había una vez en Santa Ana de Tusi, un hermoso pueblo rodeado de verdes praderas y montañas nevadas, donde vivían juntos en armonía varios animales muy especiales: un perro llamado Pipo, dos gansos traviesos llamados Juan y Juana, dos loros parlanchines llamados Lola y Lolo, un conejo saltarín llamado Rulo y un pájaro cantor llamado Pepe.
Un día soleado, los animales se reunieron en la plaza del pueblo para planear una gran fiesta.
Estaban emocionados por celebrar la llegada de la primavera y querían organizar algo especial para todos los habitantes de Santa Ana de Tusi. "¡Hola amigos! ¿Qué les parece si organizamos un concurso de talentos para mostrar nuestras habilidades?" propuso Lola emocionada. "¡Sí! ¡Será genial! Yo puedo hacer acrobacias", dijo Rulo dando saltitos.
"Yo puedo imitar sonidos divertidos", agregó Lolo moviendo sus plumas de colores. "Y yo puedo cantar la canción más bonita que hayan escuchado", dijo Pepe entusiasmado. Los animales estaban felices con la idea y comenzaron a prepararse para el concurso.
Cada uno ensayaba su acto una y otra vez, ayudándose mutuamente a mejorar y dar lo mejor de sí mismos. Llegó el día del concurso y toda la población se reunió en la plaza para disfrutar del espectáculo.
Los animales demostraron sus talentos ante el público, que no paraba de aplaudir maravillado por las habilidades de cada uno. Cuando llegó el turno de Pipo, el perro decidió hacer algo diferente.
En lugar de mostrar un truco o una destreza física, se acercó al micrófono y dijo:"Quiero dedicarle esta canción a todos ustedes, mis amigos. Porque más allá de nuestros talentos individuales, lo más importante es nuestra amistad y cómo nos apoyamos unos a otros.
"El público se emocionó al escuchar las palabras sinceras de Pipo y comenzaron a aplaudir y vitorear. Los animales se abrazaron entre sí sintiéndose más unidos que nunca. La fiesta continuó hasta altas horas de la noche con risas, juegos y bailes alrededor de una fogata.
Los habitantes del pueblo agradecieron a los animales por traer tanta alegría a sus vidas y prometieron seguir cuidando ese espíritu comunitario que los caracterizaba.
Desde ese día, en Santa Ana de Tusi se celebraba cada año el concurso de talentos como recordatorio del valor de la amistad, el trabajo en equipo y la importancia de apoyarse mutuamente en todo momento.
Y así, entre risas y canciones, los animales demostraron que juntos podían lograr grandes cosas e inspirar a todos a su alrededor con su amor incondicional.
FIN.