El concurso del bosque



Había una vez un hermoso bosque llamado Calblanque, donde vivían muchos animales felices. Entre ellos se encontraba Emilio, un búho real muy sabio y curioso.

Un día, mientras Emilio volaba por el bosque en busca de aventuras, notó algo extraño. El aire estaba lleno de un olor desagradable y había basura por todas partes. Emilio se preocupó mucho al ver cómo la contaminación afectaba su hogar.

Decidido a encontrar una solución, Emilio convocó a todos los animales del bosque para una reunión urgente. —"Amigos" , dijo con voz firme, "nuestro querido hogar está siendo dañado por la contaminación causada por los humanos".

Los animales escucharon atentamente mientras Emilio les explicaba cómo la basura y los productos químicos afectaban el agua y el aire que necesitaban para vivir. Todos estaban tristes y preocupados. Entonces apareció Sofía, una niña pequeña que también amaba mucho a Calblanque. "¡Hola amigos!", exclamó con entusiasmo.

"He venido porque quiero ayudar a limpiar nuestro hermoso bosque". Los animales miraron sorprendidos a Sofía y le preguntaron cómo podía ayudarles siendo tan pequeña. Ella sonrió y les mostró una bolsa llena de guantes, mascarillas y bolsas de basura.

"Podemos empezar reagarrando toda esta basura", dijo Sofía emocionada mientras señalaba las pilas de desperdicios esparcidos por el suelo. Emilio aplaudió emocionado e invitó a todos los animales a unirse a la limpieza.

Juntos, recogieron basura, separaron los materiales reciclables y dejaron el bosque más limpio que nunca. Pero Emilio sabía que solo eso no era suficiente para detener la contaminación. Entonces tuvo una idea brillante.

Decidió organizar un concurso de ideas para encontrar formas creativas de cuidar el medio ambiente. Animales y humanos trabajaron juntos para crear proyectos sorprendentes. Hubo propuestas como usar energía solar en lugar de electricidad, plantar más árboles y reducir el consumo de plástico.

El día del concurso llegó y todos estaban emocionados por ver las ideas presentadas. El primer premio fue otorgado a Sofía por su proyecto sobre cómo enseñar a los niños a reciclar y cuidar la naturaleza.

Emilio estaba muy orgulloso de todos los esfuerzos realizados por los animales y humanos para proteger Calblanque. Gracias al trabajo en equipo, el bosque volvió a ser un lugar limpio y saludable donde todos podían vivir felices.

Desde ese día, Emilio se convirtió en el guardián del bosque y continuó educando a las personas sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. Y así, Calblanque se convirtió en un ejemplo inspirador de cómo todos podemos trabajar juntos para proteger nuestro hogar: la Tierra.

FIN.

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