El concurso matemágico de Mateo



Había una vez en el corazón de Australia, en un hermoso bosque lleno de árboles altos y coloridas flores, un canguro llamado Mateo. Mateo era un canguro muy curioso y siempre estaba buscando nuevas formas de divertirse.

Un día, mientras daba saltos por el bosque, se encontró con una familia de conejos que estaban contando zanahorias.

Mateo se acercó intrigado y les preguntó:- ¿Qué están haciendo ustedes? Los conejos, sorprendidos al ver a un canguro tan interesado en aprender algo nuevo, le explicaron que estaban contando las zanahorias para asegurarse de que tenían suficiente comida para todos. Mateo quedó maravillado con la idea de contar y decidió que él también quería aprender.

Así que se puso manos a la obra y comenzó a practicar todos los días. Contaba las flores del bosque, los pájaros en el cielo e incluso los saltos que daba.

Pronto, Mateo se volvió todo un experto en contar y podía sumar y restar como nadie más en el bosque. Estaba tan emocionado con su nueva habilidad que decidió organizar un gran concurso de matemáticas para todos los animales del bosque.

El día del concurso llegó y todos los animales se reunieron alrededor de Mateo, quien estaba listo para poner a prueba sus habilidades matemáticas. El primer desafío consistía en sumar la cantidad de frutas en un árbol cercano. Mateo lo hizo rápidamente y con precisión.

En el siguiente desafío, tenían que restar la cantidad de hojas caídas en el suelo. Una tarea más complicada, pero Mateo logró resolverla sin problemas. Finalmente, llegó el momento más difícil: multiplicar la cantidad de nueces que había en varios árboles diferentes.

Todos pensaban que esta sería la prueba definitiva para Mateo, pero él demostró una vez más su increíble habilidad para contar. Al final del concurso, todos los animales aplaudieron emocionados a Mateo por ser tan inteligente y dedicado.

Desde ese día, el canguro se convirtió en el contador oficial del bosque y enseñaba a otros animales cómo disfrutar aprendiendo matemáticas.

Y así, gracias a su esfuerzo y determinación por aprender algo nuevo, Mateo demostró que no hay límites para lo que uno puede lograr si se lo propone. Y colorín colorado este cuento ha terminado.

FIN.

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