El Cóndor y el Perro Guardián
Había una vez un cóndor que vivía en las altas punas de los Andes. Era un ave majestuosa, con plumas negras y blancas que relucían bajo el sol, pero ese día algo no andaba bien; tenía mucha hambre. Decidió bajar a los valles en busca de alimento.
Al llegar, se encontró con un rebaño de ovejas pastando tranquilamente bajo la mirada atenta de un perro guardián llamado Beto. Beto, un perro valiente y astuto, se sintió inquieto al ver al cóndor descendiendo y, aunque muy valiente, no podía permitir que sus ovejas corrieran peligro.
"- ¡Ovejas!" - ladró Beto con voz firme "Si quieren salvarse y no morir, deben obedecer cada una de mis indicaciones. El cóndor viene en busca de alimento y debemos estar listas para protegernos!"
Las ovejas, algo asustadas, comenzaron a escuchar al perro. Él les dio instrucciones sobre cómo mantenerse unidas y protegerse. "- Si se quedan juntas, el cóndor no podrá escogértelas una por una" - explicó Beto. Las ovejas asintieron, convencidas de que la unidad era su mejor defensa.
Mientras tanto, el cóndor volaba alto en el cielo, observando el paisaje. Al ver el rebaño, sintió el estómago rugir levemente. Pero cuando se acercó al grupo de ovejas, notó que estaban formadas y unidas como un solo bloque.
"- ¿Por qué están tan reunidas?" - preguntó el cóndor, intrigado. Las ovejas, preparadas para responder, dijeron: "- Beto nos ha dicho que debemos estar unidas para sentirnos seguras. Si estamos juntas, no tienes esperanzas de llevar a ninguna de nosotras".
El cóndor, sorprendido por la inteligencia y valentía de las ovejas, decidió cambiar su enfoque. "- No quiero hacerles daño, solo estoy buscando alimento. Pero veo que valoran su seguridad. ¿Qué tal si las ayudo a encontrar un lugar más seguro para pastar?"
Las ovejas se miraron entre sí, dudando. Beto, sintiéndose responsable, dijo: "- No sé si podemos confiar en él. Él es un cazador, aunque lo que propone suena tentador."
El cóndor notó la duda en el aire y propuso, "- Les prometo que no les haré daño, solo quiero encontrar comida también. Si me ayudan, tal vez podamos encontrar un lugar donde todos estemos contentos y alimentados".
Después de un momento de reflexión, Beto decidió abrir un poco su mente. "- Bueno, a veces las mejores soluciones vienen de los más inesperados. Pero las ovejas primero. ¿Qué te parece si nos muestras el lugar?"
"- ¡Perfecto!" - exclamó el cóndor. Juntos, el cóndor, Beto y las ovejas comenzaron a caminar. El cóndor los guió a una llanura llena de hierba fresca y un arroyo cristalino. Los ojos de las ovejas brillaron de felicidad.
"- Miren, hay suficiente alimento para todos!" - dijo el cóndor, mientras alzaba el vuelo para tener una mejor vista.
"- ¡Gracias, cóndor!" - gritaron las ovejas a coro, felices de haber encontrado un refugio seguro.
Con el tiempo, el cóndor se convirtió en un amigo fiel del rebaño, ayudándolos a mantenerse a salvo de otros peligros. Beto y él desarrollaron un fuerte lazo y aprendieron que con la comunicación y la colaboración, se podían resolver los problemas de una forma diferente y más amigable.
Y así, el cóndor y Beto demostraron que la confianza y la unión pueden abrir puertas hacia grandes amistades y aventuras.
Desde ese día, aquel rebaño nunca olvidó la lección más importante: la verdadera seguridad y el bienestar vienen de estar juntos y ayudarse mutuamente. Y el cóndor encontró su lugar en el mundo, no solo como un cazador, sino como un protector y amigo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.