El Cóndor y el Zorro en la Quebrada de Semita



En la hermosa quebrada de Semita, donde las montañas se iluminan con el sol y los ríos cantan suavemente, vivían dos amigos muy distintos: un cóndor llamado Ciri y un zorro llamado Tono.

Ciri, con sus grandes alas y su elegante vuelo, siempre soñaba con explorar los cielos. Mientras tanto, Tono, un astuto zorro de pelaje anaranjado, prefería correr por el suelo, jugando entre las piedras y los arbustos.

Un día, Ciri decidió que era hora de invitar a Tono a una gran aventura.

"¡Tono! ¿Te gustaría volar hasta la cima del cerro más alto de la quebrada?" - preguntó Ciri emocionado.

"¡Volando! No, gracias. Prefiero quedarme en el suelo, donde hay muchas cosas por descubrir" - respondió Tono, moviendo su cola.

Pero Ciri no se dio por vencido.

"¿Y si hiciéramos una competencia? Tú corres por el suelo y yo vuelo por el cielo. ¡El primero en llegar a la cima del cerro, gana!" - sugirió Ciri.

Tono se rascó la cabeza. Era una propuesta tentadora.

"Está bien, Ciri. ¡Acepto tu desafío!" - dijo decidido.

Así que pactaron el día y la hora. El sol brillaba fuerte el día de la competencia.

"¡Preparados, listos, ya!" - gritó Ciri. A toda velocidad, el cóndor se elevó, mientras Tono comenzó a correr por el sendero.

Pero a mitad de camino, Tono se dio cuenta de que había demasiados obstáculos: piedras grandes, arbustos espinosos y, lo peor, un río caudaloso. Mientras tanto, Ciri sobrevolaba todo y disfrutaba de la vista, pero también se dio cuenta de algo más.

"¡Oh! ¡Tono!" - gritó Ciri. "Parece que necesitas una mano. Estoy listo para ayudarte".

Tono, con su ingenio, decidió usar el río a su favor.

"Ciri, ¿podrías llevarme en tu espalda? Así podremos volar juntos hasta la otra orilla" - dijo Tono.

Ciri no dudó un segundo.

"¡Claro! ¡Súbete!" - dijo Ciri mientras inclinaba sus alas. Tono se acomodó y juntos volaron sobre el río.

Al llegar al otro lado, Tono saltó ágilmente al suelo.

"Gracias, amigo. Ahora tengo que apurarme para no perder la carrera" - exclamó Tono.

Ambos continuaron su camino, cada uno con su estilo. Pero entonces, una tormenta comenzó a acercarse. Los vientos aullaban y empezaron a caer pequeñas gotas de lluvia. Tono, asustado, frenó en seco.

"Ciri, no puedo correr en medio de esta tormenta. ¡Voy a mojarme!" - gritó.

Ciri pensó rápido.

"¡Vamos Tono! Ven a refugiarte bajo mis alas. Te protegeré" - le dijo.

Mientras la lluvia caía, Ciri cubrió a su amigo. Tono miraba hacia arriba, agradecido por la generosidad de su amigo.

"Eres un buen cóndor, Ciri. Nunca pensé que me protegerías así" - dijo Tono.

La tormenta pasó y la pareja emprendió su camino hacia la cima de la montaña.

Finalmente, llegaron juntos a la cima.

"¡Lo logramos!" - gritó Ciri emocionado.

"Sí, lo logramos juntos" - agregó Tono, sonriendo.

Los dos amigos se abrazaron y se dieron cuenta de que, al final, no importaba quién ganó la carrera, sino la aventura que compartieron. Desde ese día, el cóndor y el zorro aprendieron que la amistad es lo más valioso y que siempre hay maneras de ayudarse el uno al otro, sin importar las diferencias.

Y así, Ciri y Tono siguieron explorando la quebrada de Semita juntos, aprendiendo uno del otro y haciendo de cada aventura, un momento inolvidable.

Fin.

***Ilustraciones sugeridas:***

1. Ciri el cóndor volando alto sobre la quebrada, con el sol brillando.

2. Tono corriendo feliz a lo largo de un sendero lleno de flores.

3. La competencia con el cóndor volando y el zorro corriendo en el suelo.

4. Ciri llevando a Tono en su espalda sobre el río.

5. Ambos refugio bajo las alas de Ciri durante la tormenta.

6. La cima de la montaña, con el paisaje hermoso de fondo y ambos amigos abrazándose, sonriendo.

FIN.

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