El conejito curioso y las estrellas que brillan




Había una vez en el Bosque Encantado, un conejito llamado Benito, quien era el más curioso de todos. Benito siempre estaba buscando nuevas aventuras y quería descubrir todo lo que había en el bosque.

Un día, mientras saltaba de un lado a otro persiguiendo mariposas, miró hacia arriba y vio algo increíble: las estrellas empezaban a brillar más que nunca. -¡Qué maravilla! -exclamó Benito, deslumbrado por el espectáculo. Decidió que quería averiguar por qué las estrellas brillaban tanto esa noche.

Comenzó su travesía hacia la montaña mágica, donde decían que se encontraba la fuente de la luz de las estrellas. En su camino, se encontró con sus amigos: Martina, la ardilla veloz, y Lucas, el sapito cantor.

Les contó sobre las estrellas y les propuso que lo acompañaran en su aventura. -¡Claro que sí, Benito! Vamos juntos a descubrir el misterio de las estrellas -dijo Martina emocionada.

Los tres amigos se adentraron en el bosque, sorteando obstáculos y enfrentando desafíos, pero siempre con valentía y amor por la naturaleza. Finalmente, llegaron a la montaña mágica, donde encontraron a Estrella, la guardiana de la luz.

-¡Hola, amigos! Veo que están aquí por la maravilla de las estrellas -dijo Estrella con una sonrisa radiante. -Así es, queremos saber por qué brillan tanto hoy -respondió Benito, con curiosidad en sus ojos.

Estrella les contó que las estrellas brillaban más cuando los corazones de las criaturas del bosque estaban llenos de bondad, amor y esperanza. Les pidió que cerraran los ojos, pensaran en algo hermoso y emitieran pensamientos positivos. Los amigos lo hicieron y, de repente, las estrellas comenzaron a brillar con más intensidad que nunca.

-¡Es increíble! Nuestros corazones llenos de amor hacen que las estrellas resplandezcan -exclamó Lucas, emocionado. Desde ese día, Benito, Martina, y Lucas se esforzaron por mantener sus corazones llenos de amor y bondad, cuidando el bosque y ayudando a los demás animales.

Y las estrellas, noche tras noche, brillaban con todo su esplendor, iluminando el camino de todos los habitantes del Bosque Encantado.

FIN.

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