El conejito de colita esponjosa



Había una vez, en un frondoso bosque lleno de árboles altos y coloridas flores, un conejito llamado Pelusín. Pelusín era un conejito muy especial, ya que tenía una colita esponjosa y suave como el algodón. Todos los animales del bosque admiraban su colita, y a menudo decían:

"¡Mirá lo linda que es la colita de Pelusín!"

"Claro, siempre destaca entre todos nosotros."

A veces Pelusín se sentía un poco diferente de los demás, ya que su colita era lo único que todos notaban de él y no siempre le prestaban atención a lo que pensaba o sentía. Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con su amigo el pato Patofo.

"¡Hola, Pelusín! ¡Cómo brilla tu colita hoy!"

"¡Gracias, Patofo! Pero a veces desearía que me quisieran por otras cosas, no solo por mi colita."

Patofo pensó por un momento y dijo:

"Siempre eres el más divertido, ¿por qué no nos cuentas un chiste?"

Pelusín se iluminó. Tenía un montón de chistes que podía contar. Se acomodó, juntó a todos sus amigos, y comenzó:

"¿Por qué el perro se sentó en el papel de lija? ¡Porque quería estar un poco más suave!"

Los animales se reían a carcajadas, y de repente, Pelusín se sintió importante. Sin embargo, esa noche, mientras todos se preparaban para dormir, un rayo iluminó el cielo y un fuerte trueno resonó en el bosque. Los animales, asustados, empezaron a buscar refugio.

El conejito, viendo el caos, decidió actuar.

"¡Amigos, no se preocupen! ¡Sigamos el camino de flores hasta la cueva! Allí estaremos a salvo."

Los animales, aún temerosos, siguieron las instrucciones de Pelusín. Al llegar a la cueva, Pelusín se sentó frente a ellos y, con su colita esponjosa como bandera, alentó a los demás:

"No se preocupen, el trueno pasará pronto. ¡Vamos a contarnos historias!"

Mientras otros narraban anécdotas divertidas, Pelusín ofrecía su colita como almohadón para aquellos que necesitaban mayor comodidad. Nadie atendía a su colita, sino a su liderazgo y carisma. Gracias a su valentía, el miedo se fue y todos lograron sentir confianza.

Finalmente, cuando la tormenta cesó, aparecieron las estrellas. Estaban felices, y todos empezaron a agradecerle a Pelusín por su ayuda. Uno de los zorros del grupo exclamó:

"No solo eres el conejito de colita esponjosa, ¡eres un gran amigo y líder!"

Esa misma noche, Pelusín se dio cuenta de algo importante: su colita podría ser lo que llamara la atención, pero lo que realmente contaba eran sus acciones, su sentido del humor y, sobre todo, su capacidad de ayudar a los demás.

A partir de ese día, Pelusín se volvió un héroe en el bosque. No era solo el conejito de colita esponjosa; era el conejito que sabía hacer reír, que ayudaba a los demás y que siempre estaba presente en los momentos que más se necesitaban. Y así, aprendió que todos son especiales a su manera, y que lo importante no es lo que tenemos por fuera, sino lo que llevamos dentro.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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