El conejito feliz


Había una vez en el corazón del bosque, un pequeño conejito llamado Pancho. Pancho era un conejito muy alegre, siempre saltando y correteando por el campo. Un día, mientras jugaba entre las flores, se encontró con una mariposa llamada Milagros.

"Hola, Pancho", le saludó la mariposa. "¡Hola, Milagros! ¿Qué te trae por aquí?", preguntó Pancho con curiosidad. Milagros le contó que estaba buscando el jardín de las hadas para pedir un deseo muy especial.

Pancho se emocionó muchísimo al escuchar esto y decidió acompañar a Milagros en su travesía. Juntos, se adentraron en el bosque y recorrieron un camino lleno de aventuras y sorpresas.

En su camino, se encontraron con el zorro astuto, quien intentó desanimarlos, pero Pancho y Milagros, con valentía y determinación, lograron esquivar sus artimañas. Finalmente, llegaron al jardín de las hadas, un lugar mágico lleno de luz y alegría.

Allí, Milagros pidió su deseo y las hadas le concedieron una varita mágica que concedería un deseo a quien la poseyera. Milagros, con gratitud, le regaló la varita a Pancho, quien emocionado pidió su deseo: que todos los animales del bosque fueran tan felices como él. Al instante, el bosque se llenó de risas, juegos y armonía.

Los animales, contagiados por la alegría de Pancho, comenzaron a vivir felices y en paz. Desde ese día, Pancho se convirtió en el conejito más querido y admirado del bosque, y su legado de alegría perduró por muchas generaciones.

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