El conejito y la tortuga


Había una vez en un bosque encantado, un conejito muy travieso y veloz llamado Pancho. Pancho siempre se jactaba de lo rápido que era, y se burlaba de la tortuga, Margarita, por ser tan lenta.

Un día, Pancho retó a Margarita a una carrera. - '¿Quieres competir conmigo, Margarita? Seguro que llego antes que tú', dijo Pancho con aires de superioridad. La tortuga, sabia y calmada, aceptó el reto.

La noticia de la carrera se corrió por el bosque y todos los animales se reunieron para ver quién ganaría. La liebre partió a toda velocidad, dejando atrás a la tortuga.

Después de un rato, Pancho se sintió tan seguro de su ventaja que decidió descansar un poco bajo la sombra de un árbol. 'Tengo tiempo de sobra', pensó. Entretanto, Margarita avanzaba lentamente pero sin detenerse. Al notar que Pancho se había detenido, siguió adelante sin descansar.

Cuando Pancho se dio cuenta de que había perdido tiempo, se apresuró para alcanzar a la tortuga, pero ya era demasiado tarde. Margarita cruzó la línea de meta antes que él. Todas las criaturas del bosque comenzaron a festejar y felicitar a Margarita por su victoria.

Pancho, avergonzado, aprendió que la constancia y la determinación valen más que la velocidad. Desde ese día, Pancho y Margarita se convirtieron en buenos amigos y aprendieron a valorar las cualidades del otro. El bosque entero aprendió que no siempre gana el más rápido, sino el que persevera.

La moraleja es que la prisa no siempre es buena consejera, y que el esfuerzo constante lleva a la victoria.

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