El conejo agradecido
Había una vez un pequeño conejo llamado Pepe que vivía en un hermoso bosque. Pepe era muy alegre y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Todos los animales del bosque lo adoraban y siempre buscaban su compañía.
Un día, mientras saltaba de hoja en hoja, Pepe tropezó con algo brillante que sobresalía entre la hierba. Era una moneda de oro reluciente. Pepe se sintió muy emocionado al encontrarla y decidió guardarla como un tesoro.
A partir de ese día, Pepe comenzó a sentirse más agradecido por las cosas que tenía en su vida.
Apreciaba el sol brillante que calentaba su piel, el aroma fresco de las flores y la dulce melodía de los pájaros cantando. Un día, mientras caminaba por el bosque, vio a Lucas, el ratón triste sentado bajo un árbol. Pepe se acercó corriendo para preguntarle qué le pasaba. "Hola Lucas, ¿por qué estás tan triste?"- preguntó preocupado Pepe.
Lucas levantó la cabeza y suspiró profundamente. "Pepe, estoy cansado de buscar comida todos los días. Siempre me siento hambriento y nunca encuentro suficiente". Pepe puso una pata sobre el hombro de Lucas con ternura.
"Lo entiendo completamente Lucas, pero debes recordar ser agradecido por lo poco o mucho que tienes". Lucas miró confundido a Pepe. "¿Qué quieres decir con eso?"Pepe sonrió amablemente. "Mira amigo mío, aunque no tengas mucho, siempre puedes encontrar algo por lo que estar agradecido.
Yo encontré una moneda de oro y eso me hizo darme cuenta de todas las cosas maravillosas que tengo en mi vida". Lucas parecía intrigado.
"Pero, ¿qué puedo hacer para sentirme más agradecido?"Pepe pensó por un momento y luego tuvo una idea brillante. "Vamos a hacer una lista de gratitud. Cada día, antes de irte a dormir, escribe tres cosas por las que estás agradecido. Puede ser algo tan simple como el sol o la amistad".
Lucas sonrió tímidamente. "Eso suena como una buena idea, Pepe. Empezaré hoy mismo". A partir de ese día, Lucas comenzó a escribir su lista de gratitud cada noche antes de acostarse.
Al principio fue difícil encontrar cosas por las que estar agradecido, pero poco a poco descubrió lo maravilloso que era tener amigos leales como Pepe. Unos meses después, Lucas se dio cuenta de que ya no sentía hambre todo el tiempo.
Había aprendido a apreciar la comida que tenía y encontraba alegría en compartirla con otros animales del bosque. La noticia sobre la transformación de Lucas se extendió rápidamente entre los animales del bosque y todos querían saber cómo había logrado cambiar su actitud.
"Es gracias a Pepe", decía orgulloso Lucas. "Él me enseñó la importancia de ser agradecido y eso cambió mi vida por completo".
Pepe se convirtió en un héroe para todos los animales del bosque y continuó inspirándolos con su actitud positiva y su gratitud constante. Y así, Pepe el conejo agradecido demostró que la gratitud puede transformar incluso las situaciones más difíciles.
Aprendió que no importa cuánto tengas, siempre hay algo por lo que estar agradecido y eso es lo que hace la vida verdaderamente especial.
FIN.