El Conejo Artista
Un día soleado, un conejo guapo con orejas grandes se acercó a la casa de un niño. Toca la puerta con un suave 'toc, toc'.
"¿Quién es?" - preguntó el niño, asomándose.
"Soy yo, el conejo artista. ¡Tengo hambre!"
El niño lo invita a pasar y el conejo saca una piz y papel. Dibuja un enorme zorro.
"¡Mirá lo que hice!" - grita emocionado.
"¡Qué bonito!" - responde el niño.
De repente, el dibujo cobra vida y el zorro comienza a bailar.
"¿Qué hacemos?" - pregunta el conejo.
"¡A jugar!" - dice el niño.
Ambos se ríen y, felices, descubre que compartir es más divertido que jugar solo.
El conejo no solo sació su hambre, sino que también alimentó su corazón con una nueva amistad.
FIN.