El conejo astuto y la lección del zorro


Había una vez en el bosque un conejo llamado Ruffo, que era conocido por su astucia y picardía. Un día, Ruffo se encontró con un zorro llamado Maxi, que siempre estaba buscando una oportunidad para cazar a otros animales.

Ruffo, sabiendo la reputación de Maxi, ideó un plan para engañarlo. - ¡Hola, amigo zorro! ¿Sabías que soy tan fuerte que puedo sujetar una gran piedra con mis patas traseras durante todo el día? - dijo Ruffo con tono desafiante.

Maxi, curioso y admirado por la presunta fuerza del conejo, aceptó el desafío. - ¡Eso quiero verlo! - respondió Maxi con escepticismo.

Ruffo llevó a Maxi a un lugar donde una gran piedra descansaba sobre un tronco en el medio de un arroyo. - Muy bien, Ruffo, demuéstrame tu supuesta fuerza - dijo Maxi con una sonrisa burlona.

Ruffo se acercó a la piedra y le indicó a Maxi que sostuviera el tronco para que la piedra no se cayera al arroyo. Una vez que Maxi sujetó el tronco, Ruffo saltó rápidamente hacia el otro extremo y cortó el tronco con un hacha que había escondido.

La piedra cayó al arroyo con un estruendoso chapoteo, dejando a Maxi completamente sorprendido y enojado. Ruffo escapó rápidamente antes de que Maxi pudiera reaccionar.

Al día siguiente, Maxi encontró a Ruffo y con furia le dijo: - ¡Conejo astuto, me has engañado! Ruffo, mirando a Maxi con una sonrisa, respondió: - A veces, la astucia y la inteligencia pueden ser más poderosas que la fuerza bruta, querido amigo zorro. Maxi, en silencio, reflexionó sobre las palabras de Ruffo y se dio cuenta de que la astucia y la inteligencia eran herramientas poderosas.

Desde ese día, Maxi comenzó a pensar más astutamente antes de confiar en la fuerza bruta. Y Ruffo, siempre sonriente, continuó siendo conocido en el bosque por su astucia y sabiduría.

Dirección del Cuentito copiada!