El conejo y la tortuga


Había una vez en el bosque una tortuga llamada Tita y un conejo llamado Pancho. Tita era lenta pero constante, mientras que Pancho era veloz y muy competitivo. Un día, Pancho retó a Tita a una carrera.

"¡Vamos a ver quién es el más rápido!" exclamó Pancho con arrogancia. "Bueno, yo puedo no ser rápida, pero soy constante", respondió Tita con humildad. La carrera comenzó, y Pancho corrió tan rápido como el viento, dejando atrás a Tita.

Sin embargo, a mitad de la carrera, Pancho escuchó unos gritos de ayuda y se detuvo. Encontró a Tita atrapada entre las ramas de un árbol que se había derrumbado. Sin dudarlo, Pancho ayudó a Tita a liberarse.

A pesar de que Tita le sugería que continuara corriendo, Pancho decidió quedarse y ayudar a su amiga. Juntos, lograron llegar a la meta. La lección que Pancho aprendió fue que la amistad y la solidaridad son más importantes que la velocidad o la competitividad.

Desde ese día, Pancho y Tita se convirtieron en grandes amigos, siempre dispuestos a ayudarse mutuamente.

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