El Conejo y sus Amigos Perrunos


Había una vez en el Parque del Albarregas, en Mérida Extremadura, un grupo de perros que siempre jugaban juntos. Les encantaba correr por el parque y perseguir palos y pelotas.

Un día, mientras jugaban, encontraron a un conejo solitario que parecía estar perdido. "Hola amigo, ¿estás bien?"- preguntó uno de los perros. El conejo se asustó al principio pero luego se dio cuenta de que no le harían daño. "Sí, estoy bien gracias.

Solo me perdí mientras buscaba mi madriguera"- respondió el conejo tímidamente. Los perros decidieron ayudar al pequeño conejo a encontrar su camino de regreso a casa. Así que comenzaron a buscar la madriguera juntos.

Después de un rato caminando por el parque, finalmente encontraron la madriguera del conejo. El conejito estaba muy agradecido con los perros y les invitó a quedarse para tomar té con él y su familia.

Los perros aceptaron encantados la invitación y así fue como conocieron a toda la familia del pequeño conejito: sus padres y hermanos también eran muy amables. Durante el té, todos compartieron historias sobre sus vidas en el parque.

Los perros contaron cómo les gustaba jugar juntos todo el tiempo mientras el conejito habló sobre cómo disfrutaba saltando entre las flores del campo. Después de esa tarde especial juntos, los perros y los conejos se volvieron amigos inseparables.

Los perros aprendieron que no todos los animales eran iguales y que algunos podrían ser amigos en lugar de presas. Y los conejos aprendieron que no todos los perros eran malos y peligrosos. Desde aquel día, los perros y los conejos del Parque del Albarregas jugaron juntos todos los días.

Se convirtieron en una gran familia feliz donde todos se cuidaban mutuamente y se divertían juntos. Y así, el parque se convirtió en un lugar aún más especial gracias a la amistad entre perros y conejos.

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