El Conserje Encantador


Había una vez en un pequeño hospital de la ciudad, un conserje llamado Don Ramón. Era un hombre alto y delgado, con bigote y una mirada misteriosa que causaba temor entre los pacientes.

Siempre llevaba una escoba y se movía sigilosamente por los pasillos, como si fuera un fantasma. Los niños que estaban internados en el hospital le tenían mucho miedo a Don Ramón. Decían que era capaz de desaparecer personas y convertirlas en muñecos de trapo.

Los rumores se extendieron rápidamente por todo el lugar, creando pánico entre los más pequeños. Un día, llegó al hospital una niña llamada Sofía. Tenía nueve años y estaba muy enferma.

Desde su cama podía ver pasar a Don Ramón por el pasillo y sentía escalofríos cada vez que lo veía acercarse. Un día, mientras Sofía estaba sola en su habitación, escuchó unos ruidos extraños provenientes del pasillo.

Se asomó por la puerta entreabierta y vio a Don Ramón hablando con alguien. "¡No puedo permitir que sigas asustando a los niños! ¡Esto debe acabar!"- dijo una voz decidida. Sofía reconoció la voz como la del Dr. Martín, uno de los médicos del hospital.

Se dio cuenta de que él también había notado el terror que causaba Don Ramón entre los pacientes. Esa noche, Sofía decidió investigar qué estaba ocurriendo realmente con el conserje del hospital.

Con mucho cuidado salió de su habitación y siguió a Don Ramón hasta las afueras del edificio. Se escondió detrás de unos arbustos y observó cómo Don Ramón se encontraba con una mujer mayor. Eran sus padres, quienes habían estado buscándolo por mucho tiempo.

"¡Don Ramón! ¡Hijo mío! ¿Cómo pudiste desaparecer así sin dejarnos rastro?"- exclamó su madre con lágrimas en los ojos. Don Ramón explicó que había perdido la memoria hace muchos años y no recordaba nada de su vida anterior.

Había terminado trabajando como conserje en el hospital, donde se sentía seguro y protegido. Sofía decidió acercarse y contarles a todos lo que había descubierto. Los médicos, las enfermeras y los pacientes se reunieron para escuchar la historia de Don Ramón.

Todos comprendieron que el miedo que causaba era solo producto de malentendidos. Desde ese día, Sofía se convirtió en la amiga inseparable de Don Ramón.

Juntos organizaron actividades lúdicas para los niños del hospital, como cuentacuentos y juegos divertidos. Poco a poco, el terror que antes reinaba en el hospital fue remplazado por risas y alegría. Los niños ya no le temían a Don Ramón, sino que lo veían como un amigo cariñoso y protector.

La historia de Don Ramón nos enseña que no debemos juzgar a las personas por su apariencia o por rumores infundados. Todos merecemos una oportunidad para demostrar quiénes somos realmente, sin importar nuestro pasado o nuestras circunstancias actuales.

Y así, gracias al valor y la determinación de Sofía, el hospital se transformó en un lugar lleno de esperanza y bondad, donde todos los pacientes se sentían felices y seguros.

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