El constructor estelar



Había una vez un pequeño hombre verde llamado Hugo que vivía en un planeta muy lejano. Él era diferente a los demás habitantes del planeta, ya que no tenía la habilidad de volar como ellos.

Esto lo hacía sentir triste y desanimado. Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con una extraña criatura que parecía ser un hada. Ella le preguntó qué le sucedía y él le confesó su tristeza por no poder volar.

El hada sonrió y dijo: "Hugo, todos tenemos algo especial dentro de nosotros mismos. Tú también tienes algo que te hace único".

Y así fue como ella le otorgó a Hugo un don especial: la capacidad de crear cosas con sus manos. Desde aquel día, Hugo descubrió su sueño: quería convertirse en el mejor constructor del universo.

Así es que comenzó a construir casas para sus amigos del bosque y después edificios más grandes para toda la comunidad del planeta. Pero pronto se dio cuenta de que había mucho más por hacer y decidió salir al espacio para encontrar nuevos desafíos. Conoció planetas increíbles donde construyó rascacielos gigantes y estadios deportivos impresionantes.

Un día, mientras estaba trabajando en uno de sus proyectos más grandes hasta ahora, recibió una visita inesperada: ¡el presidente del universo! —"Hugo" , dijo el presidente emocionado, "he oído hablar sobre tus habilidades únicas y quiero ofrecerte construir un nuevo mundo para nuestra galaxia".

"¡Eso es increíble!", exclamó Hugo sin poder contener su emoción. Y así comenzó su trabajo en el proyecto más importante de su vida. Trabajó duro día y noche, pero también disfrutó cada momento creando algo nuevo y maravilloso.

Finalmente, la obra maestra de Hugo estaba lista: un mundo lleno de edificios increíbles y estructuras impresionantes que dejaban a todos sin aliento.

Fue una experiencia emocionante y satisfactoria para Hugo, quien se dio cuenta de que había encontrado su verdadero sueño. Y así, gracias a la ayuda del hada mágica, Hugo descubrió su pasión por construir cosas nuevas e impresionantes.

Aprendió que aunque no podía volar como los demás habitantes del planeta, tenía un don especial que lo hacía único y valioso. Y supo que nunca debía dejar de perseguir sus sueños para encontrar verdadera felicidad en la vida.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!