El Coraje de Martha


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una adolescente llamada Martha.

Ella era una chica alegre, creativa y muy inteligente, pero tenía un secreto que guardaba con mucho cuidado: le gustaba Roman, el chico más popular de la escuela. Martha nunca se atrevió a decirle a Roman lo que sentía por él. Se conformaba con verlo desde lejos, admirando su sonrisa y su forma de ser amable con todos.

Sin embargo, cada vez que intentaba acercarse para hablarle, sus nervios se apoderaban de ella y terminaba retrocediendo. Un día, la profesora de literatura anunció que iban a hacer una obra de teatro para el festival anual del pueblo y que debían formar parejas.

Martha estaba emocionada con la idea de participar en la obra, pero también preocupada porque sabía que Roman seguramente elegiría a alguna otra chica como su pareja.

Para su sorpresa, cuando llegó el momento de formar las parejas, Roman se acercó a ella y le dijo: "¿Quieres ser mi pareja en la obra de teatro? Siempre me has parecido muy talentosa y me encantaría actuar contigo". Martha no podía creer lo que estaba escuchando.

¡Roman quería ser su pareja!"¡Sí! ¡Claro que quiero ser tu pareja en la obra!", respondió Martha emocionada. Los ensayos para la obra comenzaron y Martha y Roman pasaban mucho tiempo juntos practicando sus diálogos y movimientos.

Con cada ensayo, Martha se sentía más cerca de Roman y empezaba a conocerlo mejor. Descubrió que además de guapo y popular, era también amable, divertido e inteligente.

A medida que se acercaba el día del festival, los rumores sobre una posible relación entre Martha y Roman comenzaron a circular por toda la escuela. Al principio, esto hizo sentir incómoda a Martha, pero luego decidió enfrentar la situación con valentía.

Una tarde después de los ensayos, mientras estaban solos en el escenario preparándose para la actuación final, Martha decidió confesarle a Roman lo que realmente sentía por él. "Roman... hay algo importante que necesito decirte", dijo Martha con voz temblorosa. "¿Qué pasa, Martha? Puedes decirme cualquier cosa", respondió Roman mirándola fijamente.

"Es solo... es solo que... ¡me gustas mucho! Desde hace mucho tiempo he sentido algo especial por ti", confesó Martha sin poder contener más sus emociones.

Roman se quedó unos segundos en silencio mirando a Martha con sorpresa en sus ojos. Luego esbozó una sonrisa cálida y dijo: "Martha... yo también siento algo por ti. Eres increíblemente talentosa e inteligente.

¿Te gustaría ser algo más que solo compañeros de actuación?" La cara de felicidad de Martha iluminó todo el escenario mientras asentía emocionada ante las palabras de Roman. El día del festival fue todo un éxito.

La actuación de Martha y Roman recibió aplausos entusiastas del público y al finalizar la obra se dieron su primer beso frente a todos los presentes. Desde ese día en adelante, Martha aprendió que no hay nada malo en expresar lo que uno siente hacia los demás.

A veces las cosas más maravillosas pueden pasar cuando nos animamos a abrir nuestro corazón y compartir nuestras emociones con quienes nos importan. Y así fue como esta historia entre dos adolescentes humana inspiradora enseñanzas sobre el amor propio, autoestima, comunicacion efectiva entre otras valores importantes.

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