El Coraje de Mateo
Había una vez un chico llamado Mateo, quien siempre buscaba aventuras emocionantes. Un día, escuchó un rumor sobre una iglesia abandonada en el pueblo que decían estaba maldita.
Sin importarle las advertencias de los demás, decidió explorarla y descubrir qué secretos escondía. Cuando Mateo llegó a la iglesia abandonada, quedó impresionado por su aspecto decadente. Las ventanas estaban rotas y las paredes llenas de polvo y telarañas.
A medida que avanzaba por el pasillo principal, comenzó a sentir una extraña sensación en el aire. De repente, escuchó un ruido proveniente del altar. Se acercó sigilosamente y vio una pequeña caja dorada cubierta de polvo.
Curioso como era, abrió la caja y encontró un antiguo pergamino dentro. Mateo desenrolló cuidadosamente el pergamino y leyó: "La maldición solo será levantada cuando alguien encuentre el valor para enfrentar sus miedos más profundos". Intrigado por estas palabras enigmáticas, decidió seguir adelante.
Mientras recorría la iglesia abandonada, se encontraba con diferentes obstáculos: escaleras empinadas que crujían bajo sus pies, pasillos oscuros e incluso murciélagos volando por encima de su cabeza. Pero Mateo no se dejaba intimidar; seguía adelante con valentía.
De repente, llegó a una habitación llena de espejos rotos donde su reflejo se multiplicaba infinitamente. En ese momento, sus miedos más profundos comenzaron a aparecer: el miedo al fracaso, la soledad y la oscuridad. Mateo se sintió abrumado y a punto de rendirse.
Justo cuando estaba a punto de abandonar, recordó las palabras del pergamino. Tomó una profunda respiración y miró directamente a sus miedos reflejados en los espejos rotos. "No puedo permitir que mis miedos me controlen", pensó.
Con cada paso que daba hacia adelante, los reflejos de sus miedos comenzaron a desvanecerse hasta que finalmente desaparecieron por completo. Mateo había enfrentado sus temores con valentía y determinación. Al llegar al altar nuevamente, encontró otra caja dorada.
Esta vez, contenía un pequeño espejo pulido. Al verse en él, notó cómo su confianza había crecido enormemente. Luego de salir de la iglesia abandonada, Mateo compartió su historia con los demás habitantes del pueblo.
Comprendieron que no había ninguna maldición real en la iglesia; simplemente era un lugar donde uno podía enfrentar y superar sus propios miedos. Desde ese día en adelante, Mateo se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo.
Les enseñaba que no debían dejarse llevar por rumores o prejuicios infundados; siempre debían buscar la verdad y enfrentar sus propios temores para encontrar el coraje dentro de ellos mismos.
Y así fue como Mateo demostró que el valor y la determinación pueden ayudarnos a superar cualquier obstáculo en nuestra vida. Aprendimos que no debemos dejarnos llevar por lo desconocido o las opiniones de los demás, sino confiar en nosotros mismos y enfrentar nuestros miedos con valentía.
FIN.