El coraje de Mateo



Había una vez un niño llamado Mateo que amaba cantar. Todos los días, mientras caminaba hacia la escuela, tarareaba melodías alegres y soñaba con algún día formar parte de un coro.

Un día, Mateo se enteró de que había un coro en su ciudad y decidió ir a audicionar. Con mucha emoción, practicó durante horas para asegurarse de que su voz sonara perfecta. Finalmente, llegó el gran día de la audición.

Mateo entró al salón donde se encontraban los jueces del coro y comenzó a cantar con todo su corazón. Sin embargo, cuando terminó, los jueces le dijeron que no podían aceptarlo en el coro porque ya estaban completos.

El corazón de Mateo se rompió en mil pedazos. Había trabajado tan duro y tenía tantas ganas de formar parte del coro. Triste pero decidido, dejó el salón sin decir una palabra.

En su camino a casa, Mateo vio un cartel pegado en una farola: "Se busca cantante para grupo musical". Sus ojos se iluminaron con esperanza y decidió darle una oportunidad. Al llegar al lugar indicado en el cartel, encontró a un grupo de niños que también buscaban formar parte del grupo musical.

El líder del grupo era Sofía, una niña muy carismática y talentosa. —"Hola" , saludaron todos al unísono. "¡Hola! Me llamo Mateo", respondió él tímidamente. "¿Quieres ser nuestro nuevo cantante?", preguntó Sofía emocionada. "Sí...

pero acabo de intentar entrar en un coro y no me aceptaron", confesó Mateo con tristeza. "No te preocupes, aquí todos somos diferentes y únicos. No importa si no fuiste aceptado en el coro, aquí serás bienvenido", dijo Sofía con una sonrisa.

Mateo se sintió aliviado y emocionado al mismo tiempo. Aunque no había encontrado su lugar en el coro, había encontrado un nuevo grupo de amigos que compartían su amor por la música.

El grupo comenzó a ensayar juntos y pronto descubrieron que sus voces se complementaban perfectamente. Juntos crearon hermosas armonías y melodías que llenaban de alegría a quienes los escuchaban.

Un día, mientras ensayaban en el parque, un miembro del coro que había rechazado a Mateo pasó por casualidad. Quedó asombrado al escuchar su voz e inmediatamente se acercó para felicitarlo. "¡Wow! Tu voz es increíble", exclamó sorprendido. "Gracias, pero ya estoy en otro grupo musical ahora", respondió Mateo con orgullo. "Entiendo...

Me gustaría pedirte disculpas por no haberte dado una oportunidad antes. Cometimos un error al dejarte ir". Mateo reflexionó sobre las palabras del miembro del coro y decidió perdonarlos sinceramente.

Sabía que era importante aprender de los errores y seguir adelante sin resentimientos. Con el tiempo, el grupo musical de Mateo se hizo muy popular en la ciudad. Dieron conciertos increíbles y compartieron su música con mucha gente.

Y aunque nunca llegaron a formar parte del famoso coro, se dieron cuenta de que habían encontrado algo aún más valioso: la verdadera amistad y la felicidad de hacer lo que amaban.

La historia de Mateo nos enseña que a veces las cosas no salen como esperamos, pero eso no significa que debamos rendirnos. Siempre hay otras oportunidades y nuevos caminos por descubrir. Y lo más importante, el apoyo y la amistad pueden ayudarnos a superar cualquier obstáculo en el camino hacia nuestros sueños.

FIN.

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