El Coraje de Soñar



Había una vez un pequeño pueblo llamado Villa Equina, donde todos los habitantes tenían una gran pasión por los caballos.

En ese lugar vivía Price, un niño de 10 años que soñaba con convertirse en el mejor jinete del mundo. Desde muy pequeño, Price había sido instruido en la equitación por su abuelo, quien había sido campeón de rodeo en sus tiempos. El abuelo siempre le decía: "Price, nunca te rindas y siempre confía en tu caballo".

Estas palabras se convirtieron en el lema de vida del niño. Un día soleado, Price decidió dar un paseo a caballo por los campos cercanos al pueblo.

Montó a su fiel compañero, Pampa, un hermoso caballo blanco con manchas negras que conocía desde que era solo un potrillo. Juntos eran invencibles y habían ganado muchas competencias locales.

Mientras galopaban alegremente por el campo, Pampa tropezó con una piedra oculta entre la hierba alta y Price salió despedido del lomo del caballo cayendo aparatosamente al suelo. Al principio sintió miedo y dolor pero rápidamente se levantó para asegurarse de que Pampa estuviera bien. Afortunadamente, el caballo solo tenía algunos rasguños menores y parecía estar más asustado que lastimado.

"Tranquilo amigo", dijo Price mientras acariciaba la crin de Pampa. "Estoy bien y tú también lo estarás". Una vez tranquilizado su fiel compañero, Price notó algo extraño cerca del lugar donde había caído.

Se acercó y descubrió una vieja caja de madera, cubierta de polvo y llena de papeles amarillentos. Intrigado, Price abrió la caja y encontró un antiguo diario perteneciente a su abuelo.

Las páginas estaban llenas de historias emocionantes sobre su vida como jinete y consejos valiosos sobre cómo superar los obstáculos en el camino. Price se sentó bajo un árbol para leer con atención cada palabra escrita por su abuelo.

A medida que avanzaba en las páginas, se daba cuenta de que había mucho más que montar a caballo; había una lección de vida importante por aprender. —"Price" , decía el diario. "Caerse es parte del aprendizaje, pero lo que realmente importa es cómo te levantas después".

El niño reflexionó sobre estas palabras mientras pensaba en todas las veces que había caído durante sus entrenamientos. Recordó cómo siempre volvía a subirse al caballo con más determinación y coraje. —"Pampa" , dijo Price con una sonrisa en el rostro.

"Hemos pasado por muchas caídas juntos, ¿verdad? Pero siempre nos hemos levantado más fuertes". A partir de ese día, Price entendió que las caídas no eran motivo para rendirse sino oportunidades para crecer y mejorar.

Decidió enfrentar cada desafío con valentía y perseverancia, sabiendo que cada vez que se levantara estaría un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Con el tiempo, Price se convirtió en uno de los mejores jinetes del mundo.

Ganó numerosas competencias y su nombre se volvió reconocido en todo el país. Pero lo más importante, Price nunca olvidó la lección que aprendió aquel día: que las caídas no definen a una persona, sino cómo se levanta de ellas.

Y así, Price y Pampa siguieron cabalgando juntos por los campos de Villa Equina, inspirando a todos con su valentía y espíritu indomable. Porque en cada caída hay una oportunidad para levantarse más fuerte y alcanzar las estrellas.

FIN.

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