El Coraje Interior



Pichicha era una perrita muy dulce y cariñosa, pero también era muy miedosa. Cada vez que escuchaba un ruido fuerte o veía algo extraño, se escondía debajo de la cama y temblaba de miedo.

Un día, Pichicha decidió que ya era suficiente con ser tan asustadiza y decidió hacer algo al respecto. Así que se propuso aprender a ser valiente. Pero no sabía cómo empezar. Fue entonces cuando encontró a su nueva amiga, Luna.

Luna era una perra muy valiente y aventurera que siempre estaba dispuesta a explorar el mundo. "Hola Pichicha ¿cómo estás?" -dijo Luna con una sonrisa en su rostro. "Hola Luna, estoy bien gracias" -respondió tímidamente Pichicha.

"¿Qué te pasa? Pareces triste" -preguntó preocupada Luna. "Es que soy muy miedosa y quiero aprender a ser valiente como tú" -confesó Pichicha. Luna sonrió comprensiva y le dijo:"No te preocupes Pichicha, yo te ayudaré a superar tus miedos". Así comenzaron sus aventuras juntas.

Al principio, Pichicha tenía mucho miedo incluso de salir a la calle, pero poco a poco fue ganando confianza gracias al apoyo de Luna.

Una tarde mientras caminaban por el parque vieron un grupo de perros grandes jugando juntos en el centro del parque. "Mira esos perros grandes ahí"- dijo Pichicha nerviosa"No tengas miedo", respondió tranquilizándola Luna "¡Vamos! vamos acercarte a ellos.

"Así fue como Pichicha, con el aliento de su amiga Luna, decidió acercarse al grupo de perros grandes. Al principio se sentía muy asustada, pero poco a poco fue tomando confianza y descubrió que no tenían nada que temer. "¡Mira Pichicha! ¡Lo estás haciendo genial!" -exclamó emocionada Luna.

Poco a poco, Pichicha fue superando sus miedos y aprendiendo a ser valiente gracias a la ayuda de su amiga Luna. Con cada nuevo desafío que enfrentaba, se sentía más segura de sí misma.

Un día mientras paseaban por el bosque escucharon un ruido extraño en los arbustos. "¿Qué es eso?" preguntó Pichicha asustada"No lo sé" respondió Luna "pero juntas podemos averiguarlo"Con mucho valor y coraje las dos perritas se acercaron al arbusto para ver qué estaba pasando.

De repente salió un conejo corriendo frente a ellas.

"¡Era solo un conejo! - dijo sorprendida Pichicha—"Exactamente" -respondió Luna "a veces nuestros miedos son solo imaginarios"Pichicha aprendió una gran lección ese día: que no tenía que tener miedo de todo lo desconocido y que podía ser valiente si confiaba en sí misma. Desde entonces, Pichicha no volvió a tener tanto miedo como antes. Se había convertido en una perrita valiente y aventurera gracias al apoyo incondicional de su amiga Luna.

Y así juntas vivieron muchas otras aventuras felices e inolvidables.

FIN.

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