El corazón agradecido



Había una vez un niño llamado Tiziano, de 9 años de edad, con síndrome de Down. Tiziano era un niño muy alegre y cariñoso, siempre dispuesto a aprender y hacer nuevos amigos.

Pero había algo especial en su vida escolar que lo hacía aún más feliz: sus seños Nancy y Tere. Tiziano tenía la suerte de tener dos maestras maravillosas que habían pasado por su vida durante su etapa escolar.

La señorita Nancy fue quien le enseñó los primeros pasos en el jardín de infantes, mientras que la señorita Tere fue su maestra en el primer grado. Un día, mientras Tiziano estaba dibujando en clase, se dio cuenta de lo mucho que extrañaba a sus seños.

Quería expresarles cuánto las apreciaba y lo importante que habían sido para él. Así que decidió escribirles una carta especial.

Con mucho esfuerzo y dedicación, Tiziano comenzó a escribir:"Querida Seño Nancy y querida Seño Tere, Hoy quiero decirles gracias por todo lo que hicieron por mí. Recuerdo cuando entré al jardín de infantes y me recibiste con una sonrisa enorme. Me enseñaste a jugar con mis compañeros y a aprender cosas nuevas todos los días.

También quiero recordarte Seño Nancy cuando me llevaste al parque para jugar al aire libre. Fue uno de los mejores días de mi vida porque pude correr, saltar e imaginar mil aventuras junto a mis amigos.

Y Seño Tere, no puedo olvidarme del primer día en el primer grado cuando me diste la bienvenida con un abrazo. Me enseñaste a leer y escribir, y siempre me animaste a hacerlo lo mejor que podía. Gracias por creer en mí.

Ustedes dos siempre estuvieron allí para ayudarme cuando lo necesitaba. Me enseñaron a ser valiente y a no rendirme nunca, incluso cuando las cosas se ponían difíciles. Siempre me hicieron sentir especial y amado.

Ahora estoy en casa extrañándolas mucho, pero sé que algún día nos volveremos a ver. Quiero que sepan que siempre llevaré en mi corazón todo lo que me enseñaron.

Con cariño, Tiziano"Cuando Tiziano terminó de escribir su carta, se la entregó al director de la escuela para que se las diera a sus queridas maestras. El director quedó conmovido por las palabras de Tiziano y decidió organizar una sorpresa para él.

Al día siguiente, el director reunió a todos los alumnos en el patio de la escuela y les contó sobre la carta de Tiziano. Todos aplaudieron emocionados y decidieron preparar una fiesta sorpresa para celebrar el amor y la gratitud hacia los maestros.

Cuando llegaron Nancy y Tere al colegio ese día, se encontraron con un patio lleno de globos coloridos, música alegre y sonrisas radiantes. Fueron recibidas como verdaderas heroínas por todos los niños del colegio.

Tiziano corrió hacia ellas con los brazos abiertos gritando: "¡Seños! ¡Seños!" Las lágrimas brotaban de emoción en sus ojos mientras abrazaba fuertemente a sus amadas maestras. Era un momento mágico y lleno de amor.

Desde ese día, Tiziano siguió creciendo y aprendiendo con otros maestros, pero siempre recordaría el amor y la dedicación que Nancy y Tere habían puesto en su educación. Sabía que ellos habían sido una parte fundamental de su vida escolar y los llevaría en su corazón para siempre.

Y así, la historia de Tiziano nos enseña que el amor, la gratitud y el esfuerzo pueden hacer una gran diferencia en nuestras vidas. No importa las dificultades que enfrentemos, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos a alcanzar nuestras metas y ser nuestra luz en el camino.

FIN.

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