El corazón bondadoso de David
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Felicidad, un niño llamado David. David era conocido por ser el niño más cariñoso y feliz de todo el lugar.
Siempre tenía una sonrisa en su rostro y un abrazo para regalar a quien lo necesitara. Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, David escuchó llantos provenientes de un rincón. Se acercó y vio a Lucas, un niño que había perdido su pelota.
Sin dudarlo, David se acercó a él y le dijo:"Hola Lucas, ¿qué te pasa?"Lucas levantó la mirada con lágrimas en los ojos y respondió: "Perdí mi pelota favorita y no sé qué hacer".
David, sin pensarlo dos veces, le ofreció la suya diciendo: "Toma esta pelota, sé lo importante que es tener algo que amas. Quiero que seas feliz como yo lo soy".
Lucas se sorprendió por la generosidad de David y aceptó la pelota con una gran sonrisa en su rostro. "¡Gracias David! Eres realmente increíble", exclamó Lucas emocionado. A partir de ese día, Lucas y David se convirtieron en grandes amigos. Juntos vivieron muchas aventuras en Villa Felicidad, ayudando a quienes lo necesitaban y compartiendo momentos inolvidables.
Pero un día, una tormenta azotó el pueblo y provocó graves daños en las casas de muchos habitantes. Entre ellos estaba la familia de Lucas, quienes perdieron parte de su hogar.
David no dudó ni un segundo en ayudar a su amigo. Organizó junto a los demás niños del pueblo una colecta para recaudar fondos y materiales para reconstruir la casa de Lucas. "Todos juntos podemos lograrlo", decía David animando a los demás.
Gracias al esfuerzo conjunto de todos, la casa de Lucas fue reconstruida mejor que antes. La alegría volvió al corazón de la familia gracias al acto solidario de David y sus amigos.
Desde ese día, Villa Felicidad se convirtió en un lugar aún más especial donde la solidaridad y la felicidad reinaban gracias al ejemplo de amor desinteresado que brindaba mi hijo David.
FIN.