El Corazón de Cristal Mágico
Había una vez en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad, una niña llamada Luna. Luna era conocida por su gran corazón y su bondad hacia los demás.
Siempre estaba dispuesta a ayudar a quien lo necesitara y nunca se cansaba de sonreír. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Luna encontró una misteriosa cueva escondida entre los árboles.
Intrigada, decidió entrar y descubrió en el centro de la cueva un brillante corazón de cristal que emitía destellos de luz. Luna se acercó con cuidado al corazón y escuchó una voz suave que le hablaba:"Soy el corazón de cristal, poseedor de grandes poderes.
Quien logre despertar mi magia interior será recompensado con un deseo". Luna, emocionada por la oportunidad que se le presentaba, decidió aceptar el desafío.
La voz le indicó que para despertar la magia del corazón debía realizar tres actos de bondad desinteresada antes de la próxima luna llena. Sin dudarlo, Luna salió en busca de personas a quienes ayudar. Ayudó a ancianos a cruzar la calle, compartió su comida con animales hambrientos y consoló a niños tristes en el parque.
Cada acto llenaba su corazón de alegría y esperanza. La noche antes de la luna llena, Luna regresó a la cueva y vio cómo el corazón de cristal comenzaba a brillar con más intensidad.
"Has demostrado tener un corazón puro y generoso", dijo la voz. "Ahora puedes pedir tu deseo". Luna pensó por un momento y luego dijo:"Deseo que todos en mi pueblo sean felices y tengan todo lo que necesitan para vivir en paz".
En ese instante, el corazón de cristal emitió un resplandor tan intenso que iluminó todo el bosque.
Al apagarse la luz, Luna se encontró rodeada no solo por sus vecinos del pueblo, sino también por plantas florecientes, animales juguetones y una sensación generalizada de amor y armonía.
Desde ese día, Luna siguió siendo conocida como la niña con el gran corazón; pero ahora sabía que dentro suyo guardaba también un pedacito del mágico corazón de cristal que le recordaba siempre el poder transformador de la bondad y la generosidad. Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Que tengan buenas noches!
FIN.