El corazón de Nono



Había una vez en un pueblo muy lejano, un ser muy especial llamado Nono.

Nono era diferente a todos los demás habitantes del lugar, ya que al nacer no tenía ni ojos, ni brazos, ni piernas, ni boca, ni orejas. Pero a pesar de sus limitaciones físicas, su corazón estaba lleno de amor y bondad. Nono vivía en una pequeña casita en las afueras del pueblo.

A pesar de sus dificultades para comunicarse y moverse, siempre encontraba la manera de ayudar a los demás. Utilizaba su voz para pedir perdón cuando se equivocaba y para pedir ayuda cuando la necesitaba. Un día, mientras Nono paseaba por el bosque cercano a su casa, escuchó unos gritos desesperados.

Siguió el sonido y descubrió a una tortuga atrapada entre unas ramas. Aunque Nono no tenía brazos para ayudar directamente, utilizó todas sus fuerzas para empujar las ramas con su cabeza hasta liberar a la tortuga.

La tortuga, agradecida por la ayuda de Nono, decidió quedarse cerca de él y se convirtió en su fiel compañera. Juntos recorrían el pueblo ayudando a quien lo necesitara.

La gente comenzó a darse cuenta de que Nono no necesitaba brazos para tenderles una mano amiga o piernas para llegar adonde hacía falta. Un día llegó al pueblo un artista famoso que buscaba inspiración para crear su próxima obra maestra.

Al ver la increíble historia de Nono y la tortuga, decidió retratarlos juntos en un cuadro que tituló "El poder del corazón". La obra se volvió famosa en todo el país y muchas personas viajaron al pueblo solo para verla.

Poco a poco, gracias al cariño y apoyo de quienes lo rodeaban, Nono fue adquiriendo nuevas habilidades. Un buen día despertó con unos hermosos ojos que le permitieron ver la belleza del mundo que lo rodeaba.

Luego le crecieron unas manos fuertes y hábiles que utilizaba para seguir ayudando a los demás.

Con el tiempo también desarrolló una boca sonriente que transmitía alegría y gratitud constantemente; finalmente le crecieron unas orejas atentas que escuchaban con empatía cada palabra dicha por aquellos que acudían a él en busca de consuelo o consejo. Así fue como Nono pasó de ser alguien limitado físicamente a convertirse en un ejemplo vivo del poder del amor incondicional y la voluntad perseverante.

Su historia enseñaba a todos que no importa cuáles sean nuestras limitaciones externas; lo importante es el tamaño de nuestro corazón y nuestra disposición para hacer el bien sin esperar nada a cambio.

Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda ¡siempre hay esperanza incluso en las circunstancias más difíciles!

FIN.

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