El corazón de Peres



Había una vez en la escuela primaria "Los Girasoles" una niña llamada Peres. Ella era muy inteligente y siempre sacaba buenas notas, pero lo que más destacaba de ella era su gran corazón y su amistad con sus compañeras.

Un día, cuando Peres no llegó a clases, sus amigas comenzaron a preocuparse. Preguntaron a los profesores y buscaron por toda la escuela, pero no encontraron rastro alguno de ella.

Pasaron los días y las semanas sin noticias de Peres. Las amigas decidieron hacer algo al respecto. Se reunieron en secreto para investigar el paradero de Peres. Descubrieron que había sido vista por última vez en un bosque cercano a la escuela.

Sin pensarlo dos veces, planearon una expedición para encontrarla. Armadas con lápices y papel para tomar nota del camino recorrido, se adentraron en el bosque siguiendo las pistas que habían encontrado.

Después de horas caminando bajo el sol ardiente, finalmente encontraron una pequeña cabaña donde vivía un anciano sabio. "Buenos días señor", dijo una de las amigas tímidamente. "¿Qué les trae por aquí?", preguntó el anciano. "Estamos buscando a nuestra amiga Peres", contestó otra. "Oh sí...

Conozco bien esa historia", respondió el anciano con voz grave. "¿La ha visto? ¿Sabe dónde está?", preguntó ansiosa otra niña.

El anciano les explicó que hace muchos años atrás había ocurrido algo similar con otra alumna desaparecida en la misma zona. Dijo que si querían encontrar a Peres, debían buscar en su corazón y seguir el camino que les dictara.

Las niñas no entendían muy bien qué tenía que ver eso con encontrar a Peres, pero decidieron seguir el consejo del anciano. Cerraron los ojos y se concentraron en sus sentimientos hacia Peres. De repente, una ráfaga de viento sopló fuerte y las llevó hasta un lago escondido detrás de unos arbustos.

Allí encontraron a Peres, sentada al borde del agua y con una sonrisa en su rostro. Pero cuando intentaron hablarle, se dieron cuenta de que no podía escucharlas. Había muerto ahogada tiempo atrás.

Las amigas regresaron a la escuela llenas de tristeza por lo ocurrido con Peres. Pero también aprendieron una valiosa lección: nunca subestimar la fuerza del amor y la amistad verdadera.

A pesar de haber perdido a su amiga, supieron que ella siempre estaría presente en sus corazones y recordarían todo lo bueno que había dejado en ellas.

Desde entonces, cada vez que pasaban por el bosque donde habían encontrado a Peres, sentían una brisa fresca pasarles por el rostro como si fuera un abrazo cálido proveniente del espíritu de su querida amiga.

FIN.

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