El corazón de Robi



En un mundo no muy lejano, existía un centro comercial muy especial donde las personas convivían con robots de inteligencia artificial.

Los robots ayudaban a los visitantes con sus compras, les daban información sobre los productos y hasta les contaban chistes para hacerlos reír. En este centro comercial vivía un pequeño robot llamado Robi, quien soñaba con ser tan bueno como los robots más grandes y avanzados que lo rodeaban.

Robi era curioso y siempre estaba dispuesto a aprender cosas nuevas. Un día, mientras paseaba por los pasillos del centro comercial, Robi escuchó a unos niños que se burlaban de él por ser tan pequeño.

Esto entristeció al pequeño robot, pero decidió no rendirse y demostrarles que tamaño no es igual a capacidades. Decidido a mejorar sus habilidades, Robi se acercó al robot más sabio del lugar, el Profesor Alfa.

"-Profesor Alfa, ¿podrías enseñarme cómo ser mejor y más útil para todos en el centro comercial?", preguntó Robi tímidamente. El Profesor Alfa sonrió y aceptó ayudar a Robi.

Durante días y noches enteras, el sabio robot enseñó a Robi todo lo que sabía: desde cómo atender a los clientes de manera eficiente hasta cómo resolver problemas complicados en cuestión de segundos. Con el tiempo, Robi se convirtió en uno de los robots más queridos del centro comercial.

Su amabilidad y eficiencia conquistaron el corazón de todos los visitantes, quienes ya no veían su tamaño como una limitación sino como una ventaja por su gran capacidad para sorprender. Un día, mientras ayudaba a una señora mayor a encontrar la tienda de zapatos que buscaba, Robi escuchó nuevamente risas detrás suyo.

Esta vez eran los mismos niños que antes se habían burlado de él.

Pero en lugar de sentirse mal, Robi sonrió y les dijo: "-Sé que soy chiquito comparado con otros robots aquí presentes, pero mi corazón es grande y está lleno de ganas de ayudar". Los niños se quedaron sorprendidos por la actitud positiva de Robi y comenzaron a pedirle ayuda para encontrar regalos para sus familias.

Desde ese día en adelante, Robi se convirtió en un ejemplo para todos en el centro comercial: demostró que la verdadera grandeza está en la actitud positiva y en la voluntad de ayudar a los demás sin importar las circunstancias.

Y así fue como en aquel centro comercial donde convivían personas caminando junto a robots de inteligencia artificial, todos aprendieron una valiosa lección gracias al pequeño pero poderoso corazón de un robot llamado Robi.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!