El corazón de una princesa



Había una vez una niña llamada Sofía, que tenía un gran sueño: ser una princesa.

Desde muy pequeña, se había enamorado de las historias de los cuentos de hadas y siempre imaginaba cómo sería vivir en un castillo rodeada de lujos y riquezas. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, les contó su deseo. Todos la miraron con extrañeza y algunos incluso se burlaron.

Pero Sofía no se dejó afectar por eso y decidió seguir adelante con su sueño. "¿Por qué quieres ser princesa, Sofi?"- preguntó su mejor amiga Ana. "Quiero ayudar a las personas y hacer del mundo un lugar mejor"- respondió Sofía con determinación. Ana sonrió y le dio un abrazo.

"Eres increíble, nunca cambies". Sofía comenzó a investigar todo lo que pudiera sobre las princesas: sus costumbres, sus responsabilidades e incluso aprendió a bailar el vals para estar preparada en caso de tener que asistir alguna ceremonia importante.

Un día, mientras caminaba por el centro comercial con su mamá, vio algo que hizo latir su corazón más fuerte que nunca antes: ¡un vestido de princesa! Era hermoso, rosado con detalles dorados y una tiara a juego.

Lo miró durante mucho tiempo hasta que finalmente reunió el valor para pedírselo a su mamá. "Mamá ¿me comprarías este vestido? Es como el que usan las princesas"- dijo emocionada Sofía.

"Claro mi amor ¿por qué no? Te queda hermoso"- respondió orgullosa su mamá. Sofía se puso el vestido y caminó por todo el centro comercial sintiéndose como una verdadera princesa. La gente la miraba y algunos incluso le pedían fotos.

Sofía se sentía muy feliz, pero algo extraño comenzó a suceder: de repente, no podía moverse bien con el vestido puesto y cada vez que levantaba los brazos para saludar a alguien, se le caía la tiara.

"Oh no, esto es un desastre"- pensó Sofía mientras trataba de mantener la compostura frente a la multitud. Finalmente, llegó el momento en que tuvo que quitarse el vestido y volver a su ropa normal.

Se sintió un poco triste al hacerlo, pero también entendió que ser princesa no era solo usar bonitos vestidos y tener una corona en la cabeza. "Mamá ¿crees que aún puedo ser princesa aunque no tenga un castillo ni riquezas?"- preguntó Sofía mientras caminaban juntas hacia casa. "Por supuesto mi amor.

Ser princesa significa tener un corazón noble y siempre buscar ayudar al prójimo"- respondió su mamá con una sonrisa en los labios.

A partir de ese día, Sofía decidió seguir trabajando duro para lograr sus sueños sin importar las dificultades que pudieran presentarse en el camino. Aprendió sobre valores importantes como la bondad, la honestidad y la perseverancia.

Y aunque nunca llegó a vivir en un castillo rodeada de lujos, sí logró convertirse en una verdadera princesa: una persona amable y generosa con todos los que conocía. Y así termina esta historia, recordándonos que no importa cuáles sean nuestros sueños, lo importante es trabajar duro para alcanzarlos y mantener siempre un corazón noble y bondadoso.

FIN.

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