El corazón del árbol


Había una vez en un lejano reino un árbol mágico conocido como "El árbol de los corazones", el cual tenía la capacidad de hacer florecer los sentimientos más hermosos en aquellos que se acercaban a él.

Este árbol estaba protegido por la dulce hada Mariposita, quien velaba por mantener su magia intacta. Un día, llegó al reino una malvada bruja llamada Malicia, quien estaba llena de envidia al ver la felicidad de todos los habitantes gracias al árbol mágico.

Decidió entonces lanzarle un hechizo al hada Mariposita para cegarla y así robar todas las flores del árbol de los corazones.

Al despertar y darse cuenta de lo ocurrido, Mariposita lloró lágrimas de sangre, pues su corazón estaba destrozado al ver el desamor que la bruja Malicia había sembrado en el reino. Las lágrimas recorrieron sus mejillas hasta caer sobre las raíces del árbol mágico, y fue entonces cuando algo extraordinario sucedió.

Las lágrimas de sangre de Mariposita se mezclaron con la tierra y comenzaron a brotar pequeñas flores rojas con pétalos brillantes. Estas nuevas flores tenían el poder de sanar cualquier herida causada por el desamor y devolver la alegría a los corazones entristecidos.

Al enterarse de esto, Malicia intentó arrancar las nuevas flores para evitar que su hechizo fuera revertido, pero era demasiado tarde. El amor y la bondad habían vuelto al reino gracias a las lágrimas de sangre de Mariposita.

"¡Mariposita! ¡Gracias a tus lágrimas hemos recuperado la felicidad perdida!" exclamaron todos los habitantes del reino. "El verdadero poder está en el amor y la compasión", respondió Mariposita con una sonrisa en el rostro.

Desde ese día, el árbol mágico continuó llenando de amor y alegría a todos los que se acercaban a él, recordándoles que incluso en medio del desamor más profundo siempre hay esperanza si se cultiva el cariño y la empatía hacia los demás.

Y así, gracias a las lágrimas de sangre convertidas en flores rojas, el reino vivió feliz para siempre.

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